Dicen que madre no hay más que una aunque ahora un gay ya puede tener dos madres y lo que suscribo en este artículo en este caso habría que multiplicarlo por dos. De siempre la relación más intensa que tiene un gay en toda su vida es la que le une a su madre que desde el primer momento es un volcán a puntito de erupción. La literatura, el teatro y el cine han dado fé de ello y algunos psicólogos han escrito sesudos ensayos que han retratado la relación entre un marica y su señora madre.
Las madres han sido las señoras abnegadas de la casa que siempre han visto y detectado que sus hijos gays eran "diferentes" al resto y cuando sus hijos decidieron salir del armario se ganaron el premio a la Mejor Actriz de reparto por su interpretación sublime al hacerse las sorprendidas menos en mi caso que cuando decidí salir del armario se sorprendieron porque se pensaban que el mariquita de la casa era mi hermano que siempre fue muy metrosexual hasta cuando aún ni se había inventado el término. Las madres siempre han tapado y justificado a sus hijos homosexuales y les han dado coartada en vez de dar la cara por ellos. Antiguamente se pensaba que un gay era incapaz de mantener una relación con una mujer porque en realidad de quién estaba enamorado era de su señora madre.
Un gay no puede vivir ni con su madre ni sin ella, es una relación tormentosa como pocas.
Para terminar el interesantísimo articulo publicado en la página web mallorcadiario.com firmado por Chema Ferrer, pinchad aquí.
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