Ya sé que no puedo controlar (ojalá!) todo aquello que aparece en redes, tampoco es que tenga la más mínima vocación de Gran Hermana (la pereza es un gran condicionante), pero a veces sueño con un algoritmo molón que tuviese la función de corregir o directamente eliminar todas aquellas erratas o afirmaciones basadas en la ignorancia anticientífica, y así, de paso, se evitaría su publicidad y propagación, de lo que resultaría una humanidad un poco menos inculta y, quizá, también un poco menos idiota (en lo segundo tengo muchas menos esperanzas).
¿Que a qué viene esta reflexión de buena mañana?
Pues todo viene a que comienzo el día echándole un vistazo a un artículo de opinión aparecido en uno de esos diarios que presumen de ser cabeza del más avanzado "progresismo". El texto empieza de forma medianamente interesante, pero acaba decepcionando y mucho (para decir "sólo sé que no sé nada" tampoco hace falta desperdiciar 1500 palabras, vamos, digo yo).
Corto con él en el momento en el que la autora, como uno de tantos "ejemplos molones" para sostener su tesis dominguera de la inanidad, se lía recurriendo a ese concepto tan actual de las identidades de género "subjetivas"... Ya sabéis, basurillas tan sobadas tales como aquella del constructo social, la abolición del género, el "sentimiento", etc.
Y me he dejado el artículo ahí, no por una rabieta con esa sarta de mentiras anticientíficas que me conciernen directamente a mí al cuestionar flagrantemente la solidez de la identidad de las personas trans situándola en las vergonzantes y grises nieblas de la evanescencia, sino por una rabieta más grande, la que me procura cada día esa utilización despreocupada de ciertos tics de actualidad (ésos sí son verdaderos "constructos") por parte de ciertas corrientes mediáticas e ideológicas voceadas por ciertos "creadores de opinión" e incluso algunos "activistas" LGTBI dependientes ideológicamente, los cuales, haciendo gala de una "ignorancia" del todo intencionada, consiguen echarle con cada una de sus expresiones y afirmaciones mil veces repetidas un poquito más de mierda al tema con el objetivo de convertirlas en "lugares comunes" y, siguiendo esta vieja estrategia del todo Goebbelsiana, confundir y conducir a su redil a aquellos que sólo quieren saber y documentarse un poquito sobre ello.
Como ella misma se encarga bien de recalcar, la autora del texto sabrá mucho de historia y filosofía, pero si quiere hablar de biología, que la estudie por lo menos un poquito; así combate su ignorancia, aprende una cosita más y de paso se entera de que toda identidad de género no es "subjetiva" y está firmemente condicionada por MARCADORES BIOLÓGICOS.
Una vez más, todavía hace falta decirlo y recalcarlo en estos tiempos en los que la INFORMACIÓN VERAZ Y CONTRASTADA ha pasado a ser también un constructo social.
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