La sociedad panameña evolucionará hacia el matrimonio entre personas del mismo sexo en cuestión de tiempo.
El debate prospera a la par de las ya dos demandas por inconstitucionalidad del artículo 26 del Código de la Familia, que establece el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer .
El segundo recurso, que fue presentado el 24 de marzo, refuerza otro, pendiente de fallo, interpuesto en octubre de 2016, con el mismo propósito.
Roberto Troncoso, exdirector del Cómite de los Derechos Humanos en Panamá, está convencido de que los panameños darán el paso para legitimar las uniones homosexuales, una tendencia mundial a la que se han sumado más de una veintena de países.
Los dos recursos legales que exigen la aprobación de este reconocimiento —y que de resolverse favorablemente podría sacudir los cimientos de una sociedad que, según el sociólogo Marco Gandásegui, debe madurar el tema— están en manos de los magistrados Luis Ramón Fábrega, el primero, y Abel Zamorano, el segundo.
Gandásegui añade que ‘la sociedad tiene que prepararse para estos cambios y aunque considera que los panameños aún no lo están, deben organizarse ‘para aceptar esta nueva tendencia mundial', recomendó.
El matrimonio da deberes y derechos y, a juicio del sociólogo, ese es un reclamo justo de los homosexuales.
Gandásegui insiste en que la sociedad tiene que madurar este asunto, a pesar de que actualmente no exista suficiente respaldo en la opinión pública. ‘No hay nadie en las calles, nadie está pidiendo que se le dé oportunidad a estos grupos a tener este tipo de derecho', dice Gandásegui, sobre la falta de presión social a favor de esta reforma.
Sin embargo, el sociólogo considera que los panameños son muy liberales y cualquier decisión que asuman las autoridades será aceptada. ‘El pueblo se adapta', concluye el también docente.
El estigma, la cultura de homofobia y la discriminación aún persisten, declara, por su parte, Ricardo Beteta, de la Asociación de Hombres y Mujeres Nuevos de Panamá, para quien ya hay una apertura ante este tema, al punto de que desde hace trece años se organiza una marcha anual que exige los derechos de los homosexuales y lesbianas.
La batalla legal la libra la firma de abogados Morgan & Morgan, en representación de Enrique Raúl Jelenszky, John Winstaley y Álvaro López Levy, quienes exigen se declare inconstitucional la frase ‘entre un hombre y mujer' de un Código de la Familia relativamente reciente, que data de 1994.
En la misma norma se describe el matrimonio como ‘la unión voluntaria concertada entre un hombre y una mujer, con capacidad legal, que se unen para hacer y compartir una vida en común'.
En la demanda se establece que impedir a dos personas del mismo sexo contraer matrimonio resulta un hecho discriminatorio y atenta contra los compromisos internacionales suscritos por el país.
Si la Corte falla a favor, habría que avocarse a una reforma a la Constitución para instaurar el matrimonio del mismo sexo, explica Roberto Troncoso, tras señalar que bajo el capítulo de la familia también se estipula que la unión legal es aquella entre personas de distinto sexo.
Troncoso está convencido de que habrá que esperar para conocer la decisión de la institución de justicia para avanzar en tan delicado tema.
Sobre el matrimonio entre dos personas, Troncoso expresó que ‘es un tema de libertad'. ‘El derecho de cualquier persona de aparearse es de libre albedrío', añadió.
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