Jóvenes esclavos sexuales. Chicos son raptados por policías de sus casas, los campos de opio y los parques de sus ciudades y pueblos de Afganistán, y luego son sometidos a violaciones y toda clase de abusos.
... en el verano boreal de 2016, había informado sobre cómo los talibanes usaban a niños esclavos sexuales como caballos de Troya para matar a los policías que abusaban de ellos, lo que supone una doble victimización de los niños afganos.
La información, una exclusiva de la AFP, provocó una ola de reacciones. El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, lanzó una "investigación minuciosa” y prometió tolerancia cero a la hora de tratar los abusos de niños por parte de las fuerzas afganas.
El asunto también reforzó las peticiones de varios congresistas estadounidenses de poner fin al bacha bazi, como se conoce a la esclavitud sexual de menores por parte de las fuerzas afganas que reciben dinero de Washington.
Básicamente intentaron convencerme de que esa era la cultura afgana. La prioridad del país era afrontar el conflicto bélico, que se estaba agravando. Los abusos sexuales a menores debían esperar.
Esta increíble indiferencia me llevó a iniciar una búsqueda de víctimas y sus familias por tres provincias afganas que duró meses.
Los testimonios que recogí, principalmente en el sur de Helmand, Uruzgan y Baghlan, agregaban información inquietante a la primera investigación que hice. Sus relatos, muchos parecidos, contaban la solitaria e inútil lucha de las familias para liberar a sus hijos, sobrinos y primos de una arraigada tradición que permite la esclavitud y la violación.
Todos ellos aportaron información sobre quiénes son estos abusadores. Una idea generalizada es que las familias pobres venden a sus hijos a poderosos oficiales o que los menores escogen una vida al servicio de otros, atraídos por la idea de recibir regalos y dinero. Pero los 13 testimonios que reuní revelaron una epidemia oculta de secuestros.
Los chicos son raptados la mayoría de las veces a plena luz del día en sus casas, los campos de opio y los parques de sus ciudades y pueblos.
Los propios agentes de la Policía, quienes deberían castigar a los criminales, son quienes secuestran a los menores. Esta realidad deja sin esperanza a las familias afectadas, en un sistema que además no tiene ninguna ley que condene el bacha bazi y aparentemente ninguna voluntad oficial para actuar contra los policías abusadores, considerados un problema menor frente a la lucha contra los talibanes.
"¿Quién puede ayudarnos?”, me preguntó un hombre, cuyo cuñado adolescente había sido secuestrado. "¿Los talibanes?”.
El bacha bazi, que no termina de considerarse como una conducta homosexual ni una contraria al Islam, ha desatado una violenta cultura de superioridad entre policías, que compiten por raptar a los chicos más lindos.
Un exalto cargo de la seguridad de Helmand me llegó a contar que algunos se pelean por los chicos "que no han visto el sol por años”, un eufemismo para referirse a los que tienen una tez clara e inmaculada. Tener en su poder a jóvenes lindos mejora el estatus social, da poder y fortalece la masculinidad.
Esto ha llevado a muchos padres a vestir a sus hijos con ropa sucia para evitar la atención de los agentes.
"El bacha bazi descontrolado está destruyendo nuestra sociedad”, me advirtió un activista de Helmand. "Nuestros hijos crecen creyendo que la violación de niños es normal”.
Para leer el texto completo publicado en la página web paginasiete.bo firmado por Anuj Chopra, pinchad aquí.
De todos es sabido k a los musulmanes siempre les ha gustado visitar la puerta trasera de tíos doy fe de ello
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