Muchas veces cuesta pensar en la importancia que pueden tener los documentales, según la realización que tengan. Al igual que las películas de ficción, el material dependerá de la forma en la que su realizador haya decidido abordarlo y la calidad final del producto. 'Uncle Howard' es una película en la que ahondamos, de una manera muy profunda, en la figura del director de cine Howard Brookner, realizador de películas como 'Noches de Broadway'. El film ha sido dirigido por el mismísimo sobrino de Howard, Aaron Brookner.
La película gira en torno a la búsqueda de Aaron Brookner sobre todo el material realizado por su tío, en especial los dos documentales que hizo durante años: 'Burroughs, the Movie' y 'Robert Wilson and the Civil Wars'. Durante su búsqueda, se podrán conocer otros aspectos muy interesantes del realizador a nivel personal, como sus amistades, sus inquietudes y su relación con la familia. También se abordará su lucha, en silencio, con el SIDA y cómo influyó en su vida tanto personal como profesional.
Al tratarse de un largometraje documental realizado por su propio sobrino, se puede esperar que sea un ensalzamiento de la figura de Howard Brookner, pero la realidad es que no es así. Es verdad que se subrayan los aspectos positivos a nivel personal y profesional del director. El punto de partida inicia con la búsqueda del material perdido de sus obras, algo que servirá de hilo conductor para poder conocer el estilo de vida y cómo fue construyendo su realidad a lo largo de los años. Entremezclado con diferentes entrevistas tanto a familiares, como amigos, como compañeros de trabajo, consigue acercarnos a un retrato real y saber más sobre lo que se escondía detrás del realizador. En cierta manera, el ritmo y la composición va encajando paulatinamente y si no sabes la historia de Brookner, te sorprende y emociona a partes iguales. No es una reconstrucción de la industria cinematográfica de aquel tiempo, ni siquiera totalmente de la sociedad de aquellos años, sino un ejemplo de cómo una situación varía en el contexto en el que se encuentre y que a veces, todo es cuestión de la personalidad de la persona que lo vive.
Por otro lado es imposible no recalcar el dibujo que se hace sobre el tratamiento de la comunidad LGTB y en especial, de la gran epidemia de VIH que se sufrieron durante finales de los 70 y 80 a nivel nacional en Estados Unidos. En primer lugar, es importante ver cómo evolucionó la aceptación de la homosexualidad y cómo era tratado en la sociedad casi como "un problema", mientras que actualmente hay una mayor visibilidad. También se percibe en el material fotográfico, como sí había parte de la juventud ya de aquellos tiempos que reivindicaba y sobre todo, normalizaba esta situación. Aaron Brookner no intenta hacer una película propagandística pero sí ayuda a la reflexión no únicamente en relación a la diversidad sexual, sino también a la necesidad de quitar los tabúes de la sociedad. Sobre el tratamiento del VIH en la película y posteriormente, el SIDA, la realidad es que Brookner ha sabido hacerlo de una manera en la que no se estigmatiza pero tampoco se le quita sensibilidad y emoción. Se ven las consecuencias de la enfermedad y la lucha interna de cada persona. Los miedos, los deseos y los anhelos, y por otra parte, no se victimiza la figura de Howard Brookner, sino que se muestra con naturalidad y valentía aunque tal y como cito de la propia película: "Cuando le dije a Howard que era valiente, él me contestó tartamudeando: «no soy valiente, soy normal»" y este retrato es el que debería proliferar en la sociedad, sobre todo por los avances que hay desde finales de los 80 a nuestros tiempos.
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