Hace poco que he leído dos libros que pretenden ser un puente, un nexo, un acercamiento entre las posturas más tradicionalistas, las más aperturistas y las renovadoras acerca de lo que significa ser una persona LGTB y tener unas creencias y tratar de practicar las mismas en comunidades e iglesias cristianas.
En España, el grueso de la cristiandad es de tradición Católica Romana aunque en los últimos 60 años las otras tradiciones cristianas también están presentes y llegan a determinados sectores sociales con una fuerza que la denominación oficial ha perdido. Y justo en este tiempo, las personas homosexuales también empezaron un camino más amplio de lucha y de reconocimiento de su dignidad como personas y de sus derechos como tales.
¿Y cómo se comportaron en esos tiempos las denominaciones cristianas respecto a las personas homosexuales?
La respuesta es fácil: desprecio, discriminación y hostigamiento continuo en el plano psíquico y moral, sin descartar un apoyo implícito a las palizas. Pero aunque muy lentamente, las diferentes iglesias han ido aprendiendo a ver a las personas LGTB como PERSONAS aunque aún mantienen sus reticencias y todavía queda cierto regusto a “pecado” y “vicio” y “un no fiarse del todo” en muchas de las manifestaciones que desde los ámbitos eclesiales más elevados se siguen vertiendo en los discursos oficiales. Es lo que tan acertadamente llamó hace un par de años la FELGTB (la Federación Estatal de entidades LGTB de España) el Síndrome del Pero.
Y tratando de superar este síndrome, o al menos de suavizarlo, es donde aparecen los artículos, escritos, reflexiones, vivencias de un conjunto variado de personas cristianas cuáqueras, anglicanas, luteranas y católicas que en ocasiones partiendo de las Escrituras, en otras realizando un repaso por la Tradición y los Primeros Padres, mientras que otras optan por el trabajo pastoral y de campo, proponen una nueva mirada de acercamiento, de compresión, de alteridad respecto al tema de la homosexualidad y de las personas LGTB. Me refiero al libro Homosexualidades y Cristianismo en el siglo XXI, coordinado por Javier de la Torre (Editorial Dykinson). Los autores que tratan de rebatir los enunciados tradicionales, mantienen la palabra homosexualidad ya que en un sector todavía importante de estas iglesias perduran las creencias de que la orientación afectivo-sexual es adquirida, no innata y por tanto argumentan que sus expresiones afectivo-genitales pueden ser transformadas, por lo que la homosexualidad aún estaría encuadrada en la terminología cercana a las patologías o enfermedades. Afortunadamente las ciencias sociales y psicológicas hace tiempo que dejaron de considerar la homosexualidad una enfermedad y aunque este hecho debería bastar para lograr una dignidad en las personas, aún se mantienen posturas ambiguas en donde por un lado se apela a la dignidad humana y por el otro se le impide la realización plena de la afectividad al exigir un celibato y una renuncia a la posibilidad de formar una pareja y una familia.
No tiene sentido que a las personas que optan por una vida de servicio el celibato se les ofrezca como una elección gozosa, mientras que a las personas homosexuales se les obligue sin contemplaciones a renunciar a una vida plena. Y todo esto lo recogen varios autores haciendo uso de las Escrituras y del recorrido por los Concilios y normativas emanadas del ámbito religioso y su traslación a las leyes civiles, donde desafortunadamente la persecución y el estigma han acompañado por más de quince siglos a las personas y las prácticas genitales. Algunos ya enlazan con los documentos del siglo XX, ya sean las Encíclicas de la iglesia Católica Romana, los acuerdos de la Comunión Anglicana o los documentos de Sínodos de la iglesia evangélica española, en donde ya se puede ver que se abre una ventana a la discusión de esta realidad buscando al dignidad de las personas por encima de los actos, a pesar de que éstos siguen siendo cuestionados en amplios sectores.
Las denominaciones cristianas inclusivas aún son minoritarias, de tal manera que aquellas comunidades cristianas que han abrazado la integración total de las personas LGTB han tenido procesos de cuestionamiento y expulsión de determinados órganos de participación eclesial. En el ámbito católico, el predominante en España, la postura oficial se mantiene en el “síndrome del pero”, ya que predica el respeto hacia estas personas pero por el otro lado impide que en muchos países logren un estatus jurídico para sus parejas y familias, o que sigan siendo vetadas en determinadas profesiones, y por supuesto, siguen con la idea de que estas personas deberían mantenerse célibes. Da la impresión de que en la iglesia católica aún no han resuelto el dilema de si las personas LGTB nacen o se hacen, a pesar de todos los informes que apuntan a que esta última opción es poco probable, por lo que de nuevo nadan entre dos aguas sin permitir que las personas LGTB, al menos en los documentos oficiales y en la participación que pudieran realizar en las comunidades siguen siendo postergadas y cuestionadas. En cambio, quienes desde la óptica de la pastoral y del trabajo de campo perciben que la expresión afecivo-sexual de las personas es muy amplia y que el dolor de las personas LGTB viene provocado por las presiones externas donde se transmite esa idea de pecado y de personas viciosas, cuando dichas personas no se contemplan así mismas de esa manera.
En este terreno son importantes los ministerios y grupos de apoyo a las personas LGTB quienes quieren además vivir su fe y ser parte de una comunidad de creyentes en donde poder ser y expresarse sin tener que ocultar una parte importante y vital de sí mismas. Es interesante la presencia de religiosas consagradas y sacerdotes que apuestan de manera clara y visible por estas actividades de acompañamiento y cómo los grupos se articulan para que las personas LGTB y sus familias puedan sentirse parte de una comunidad más amplia e inclusiva donde lo que importe sea la Palabra. Y por último, el libro se cierra con el testimonio de un hombre gay y cristiano que ha encontrado una comunidad de apoyo y un sentido a su vida en el seguimiento a Jesús.
Y el otro libro que también busca ese acercamiento entre ambas orillas es el de Miguel Sánchez Zambrano, Homosexualidad. Las razones de Dios (Editorial San Pablo), quien desde una visión en primera persona como hombre gay educado en un entorno religioso desde su infancia y optando por seguir colaborando en su parroquia, termina por descubrir los errores en la interpretación de esos versículos de la Biblia que tantas veces se han empleado para condenar a las personas homosexuales. Ayuda a desmontar esas interpretaciones que según la hermenéutica actual no se pueden sostener como ataque no solo hacia las personas, ni siquiera hacia los actos homo-genitales que se pueden expresar. Desde su posición además de terapeuta de familia, con un conocimiento muy importante de los ámbitos parroquiales y pastorales, y toda la labor de acompañamiento realizada con las personas LGTB y sus familias, es capaz de dar un paso más y de explicar por qué se mantiene en esa comunidad y sigue apostando por mantener los lazos de unión con esa institución, sabiendo diferenciar la Palabra de las normas eclesiales.
Finalmente propongo una novela Mi otro yo de Carlos Scaffino Picasso (Editorial La Calle), donde uno de los protagonistas Santiago, se enamorará de Marcelo, en pleno cruce de dos de las avenidas más importantes de la ciudad de Buenos Aires, mientras trata de encajar una vida familiar con cinco hijos y un puesto de trabajo a nivel ejecutivo de nivel alto. Todo ello aderezado con los escrúpulos y remordimientos que la moral católica le ha impuesto y el tiempo que ha empleado en ocultar a todo el mundo su propio yo.
Una novela que nos llevará a conocer parte del continente sudamericano, con la subida al poder de Lula Da Silva, el descalabro financiero del corralito en Argentina, su salto a la zona de Cataluña e Italia para tratar de vivir una vida más abierta, con un episodio breve muy surrealista en Londres, vuelta a Italia donde sufren un momento trascendental con la muerte, para acabar en Cataluña esa etapa tan complicada. Unas vidas donde la salud mental y física están en precario debido a la educación recibida y los traumas que se arrastran. Una novela donde el otro yo de cada uno de los protagonistas, el yo más íntimo y verdadero, tratará de salir a la luz frente a ese otro yo falso y convencional.