Entre actividades, música y juegos, se vivió en el corazón de Bogotá, el primer OsosFest de Ciudad de Osos.
El sábado bogotano, después de conatos de lluvia que amenazaron el evento, el sol brilló para estos osos que se dieron cita en el Centro de Atención Integral a la Diversidad Sexual de Teusaquillo, una de las primeras localidades de la capital colombiana. El OsosFest, en sus diferentes escenarios, Tarima Cabaret, la Voz Osuna, Truequeland y GolOsos se convirtió en una celebración a la inclusión dentro de la distinción estereotípica, concebido como un lugar donde la comunidad LGBTI pudiera familiarizarse y enterarse de todo lo inherente a la subcultura osuna; aunado al caracter visiblemente informativo, el espacio permitió un agradable compartir con el resto de los diversos colectivos que funcionan y conviven en las instalaciones del CAIDS, estrechando así la brecha de mutuo reconocimiento entre los distintos presentes.
La vida del festival transcurrió principalmente en la tarima cabaret, allí la diversión fue inevitable, ya que los asistentes tuvieron la oportunidad de participar con una presentación de algún talento, por innumerables premios, que iban desde bolígrafos, mugs, almohadas, morrales y peluches con el distintivo osuno, hasta bonos de consumo y descuento de los patrocinadores para bares, saunas y tiendas de ropa y tatuajes, además de un gran premio una bicicleta.
También estuvieron los stands respectivos de cada patrocinador, promocionando sus productos y servicios, entre ellos La Cueva del Oso, El Gato en la Luna, SNK Underwear, Ratz Momo, Sailor From Hell Tattoo, Poseidón Sauna, Atavíos y Amuletos, Innova, Yeison Peluquería, Bonny and Clyde, Gato (etc). El talento y la divertida vergüenza también tuvieron presencia en la Voz Osuna, el encuentro de karaoke del festival, donde entre risas y lecos, los osos pudieron demostrar que tienen madera musical o que son muy irreverentes a la hora de pasarla bien. En Truequeland, la concurrencia pudo poner a disposición varias de sus pertenencias para el intercambio y el beneficio mutuo, desde películas hasta masajeadores y demás artículos se podían encontrar, todos tan variados como sus dueños. Entre hombres grandes, no se prescinde de la comida e idealmente, en cantidad, por eso el stand GolOsos ofreció variedad de comidas rápidas, bebidas y tapas a módicos precios para el buen apetito que caracteriza a la comunidad y al gentilicio.
A casa llena estuvo el OsosFest, muchas caras sonrientes, conocidas y nuevas aprovechando la oportunidad de acercarse a esta parte distintiva del universo LGBTI, dándose pie a desmitificar a los osos como herméticos dentro de sus estereotipos y estética, cumpliendo así con el objetivo del festival y del colectivo Ciudad de Osos, visibilidad e inclusión, trabajando por y para una comunidad donde caben todos; como dice su lema:
¡Ciudad de Osos, de osos para el mundo!