Este es un tema dificil. Como homosexual, estoy lógicamente en contra de cualquier acto homófobo, y considera que como ciudadano tengo los mismos derechos y los mismos deberes que el resto de la gente. Pero, ¿hasta dónde deben o pueden llegar mis derechos?
Y pensando en estas cuestiones, me encuentro un interesante artículo de opinión publicado en la página web religionenlibertad.com, en la cual nos hacen una serie de preguntas interesantes, que como poco merecen una reflexión y una respuesta.
El titulo del articulo es muy peculiar: "Persecución contra un pastelero cristiano que se negó a hacer la tarta de una boda gay", y aunque se publicó hace meses, en junio, considero que la respuesta sigue sin producirse por parte de las asociones LGTBI, sobre todo en Europa, donde las libertades sociales son más amplias e igualitarias para todos los ciudadanos.
El artículo nos habla de Jack Phillips, (sic) un pastelero de Lakewood (Colorado, Estados Unidos) que en 2012 se negó a fabricar una tarta de boda para los gais Charlie Craig y David Mullins. Como en el resto de casos citados, no se trataba de homofobia: Jack ha dicho que no tendría ningún inconveniente en cocinar para cualquier otra de sus celebraciones, como una fiesta de cumpleaños. Pero él es cristiano y no quiere que su trabajo sirva para respaldar algo que considera lesivo para el matrimonio y la familia... y que ni siquiera es legal en su estado.
Sin embargo, el Departamento de Derechos Civiles de Colorado, por medio del juez Robert Spencer, le ha amenazado con una multa o incluso con una pena de cárcel si no hace la tarta.
Pero es que además la boda entre los demandantes iba a tener lugar a 2.885 kilómetros de distancia de la pastelería de Jack: "No hay explicación aparente para que una tarta adquirida en Colorado sea para consumir en Massachusetts", subraya WorldNetDaily, sugiriendo que el lobby LGTB ha actuado contra el demandado a efectos propagandísticos para activar en Colorado la causa a favor del matrimonio gay.
Por su parte, Phillips precisó su posición a WorldNetDaily: "Si una pareja [heterosexual] viniese a mi negocio [Masterpiece Cakeshop] y me pidiese una tarta erótica para su boda, también lo rechazaría. Mis principios están tomados de Jesucristo y la Biblia".
Lo curioso es que tanto el juez Spencer como la American Civil Liberties Union (que apoya a la pareja homosexual), cuando se les arguyó si también obligarían a un pastelero negro a hacer un pastel para el Ku Klux Klan, o a un pastelero musulmán a hacer una tarta burlesca para Mahoma, dijeron que no. En esos casos sus creencias sí les permitirían rechazar el trabajo. Lo cual otorga a los homosexuales, concluye WorldNetDaily, un privilegiado "estándar especial".
Para leer este artículo completo, lo podéis hacer pinchando aquí. Pero antes, una reflexión ¿este último párrafo no os hace pensar hasta dónde deben de llegar nuestros derechos?
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