España floreció en el "ambiente" a partir de los ochenta. Docenas de locales exclusivos para gais y algunos menos para chicas empezaron a abrirse por todos los rincones de España.
Algunas redadas, muchos locales cutres, y otros muchos con excesivo glamour aparecieron por todo el país.
Veintitantos años después, España se ha convertido en un país de los mas tolerantes del mundo con el hecho homosexual. Muchos locales de ambiente mezclados en zonas con cualquier tipo de locales sin vergüenza ni problemas. Cada vez más locales gayfriendly o heterofriendly en muchísimas ciudades. Pero, ¿ha cambiado el ambiente en España en estas dos últimas décadas? ¡Mucho!
Tener un amigo mariquita en los ochenta ofrecía un "toque de glamour" a las personas que fardaban de esa amistad. Ser homosexual "visible" atraía normalmente las simpatías de mucha gente. Sobre todo de las mujeres. El entorno del gay se sentía a gusto con un amigo homosexual. Y normalmente se destilaba modernidad y estilo en los locales de ambiente. Hoy, siendo parecido este aspecto, no es igual. La normalización ha traido, perdón por la expresión, vulgaridad. Ahora somos tod@s iguales, o por lo menos la mayoría.
Todo esto no significa que no existiera la homofobia. Sigue existiendo, y por supuesto que existía. Pero aquí hablo de las diferencias entre los ochenta y este siglo XXI en el "ambiente" español, no hablo en este caso de las circunstancias que no han cambiado, como la homofobia de algunos políticos, por ejemplo.
Algo que desapareció de repente fué el "olor a colonia". Así como suena. Entrar en un local gay se convertía en un afán por ser diferente con el perfume. Todavía en esa época la utilización de los perfumes masculinos era algo "típicamente gay". Varon Dandy era la colonia que triunfaba entre los hombretones. Esta marca y un par más dominaban las ventas de colonias. Fueron los gais quienes impulsaron de una manera brutal la utilización generalizada de los perfumes en los varones. Hoy en día, el perfume no tiene orientación sexual.
La ropa era otro signo de distinción. Cualquier novedad en el vestuario se iniciaba en los locales de ambiente. Lo mismo que la música. Y los cachas. La frase ochentera de "ancho de espaldas, estrecho de culo, maricón seguro", definía esa sensación, más que una sensación, una realidad, que ser joven deportista, ir bien peinado y estupendamente vestido, añadido a un cuerpo estupendo, significaba probablemente que eras homosexual. Hoy en día, en cambio, los gimnasios están llenos de todo tipo de opciones sexuales. Y la música de los locales de ambiente ya no es mayoritariamente la avanzadilla de lo que se comercializará dentro de unos meses.
El ambiente hoy en día no es ni mejor ni peor que en los ochenta. Pero en algo que coinciden la mayoría de los que superan, o superamos los cuarenta años, es que era más fácil conocer a gente. Al final de la década apareció el Sida, y el miedo cambió el concepto de diversión y de sexo. Y últimamente han aparecido las APP de los móviles, y no es extraño entrar en un local y la clientela estar "amorrados" al teléfono móvil en vez de amorrarse al vecino.
Pero esto es "otra Historia".
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