Unos quinientos millones de hablantes utilizan habitualmente el español como su lengua, pero, ¿nos entendemos a ambos lados del Atlántico?
En la página web chilango.com nos ofrecen un diccionario que llaman gay-español, con muchas palabras cuyo uso es casi exclusivamente americano. Veamos...
Buga: Heterosexual. Suele aplicarse tanto a personas como lugares. “Hoy toca ir a un antro buga” es la forma de decir que esta noche toca ir a un antro hetero.
Chichifo: Persona que sostiene relaciones sexuales y/o emocionales con alguien a cambio de algún beneficio, ya sea material, en especie o por estatus. El chichifo suele ser más joven y guapo que el chichifeado y es común que aproveche las carencias emocionales de este. Ojo: no confundir con ESCORT, que es el hombre dedicado al sexoservicio. Ahí la labor es exclusivamente de chamba y nadie se aprovecha de nadie. Por ejemplo, los chicos que se paran en la calle de Hamburgo NO SON CHICHIFOS.
Brincona: Gay que todo mundo asume como pasivo, pero a la hora de hora, resulta activo. Esto suele ser un problema para los activos que se los ligan, porque dan por hecho que la “brincona” le hace a la pasividad y a la hora de la hora se tienen que conformar con espadazos o unos “guagüis”.
Guagüis: Sexo oral, felación, mamada, chivo, mamut, guapos, mamey.
Closetero: Persona que aún no ha hecho pública su condición homosexual. En las redes sociales de ligue suelen usar fotos de torso, paisajes o simplemente no tienen. Existe el closetero “de vitrina”, es decir, del que todo mundo sabe su condición, pero el JURA que nadie sabe.
Comadre: Íntima. Amiga. La comadre suele ser un amigo de años, con el que existe la confianza para todo. Con la comadre te vas de shopping, ves películas, le cuentas de tus ligues y es tu paño de lágrimas cuando el novio te manda a la fruit. Existe el dicho “desconocer a la comadre” y eso ocurre cuando, generalmente bajo el influjo del alcohol, terminas metiéndote con un amigo de años.
Chacal: Es la belleza masculina oriunda del país. Frente a los cánones estéticos europeos, el chacal propone una masculinidad local. Suele tener piel morena y un cuerpo atlético, correoso. Por lo general es de clase baja, aunque también existe el chacal “producido”, ese que no tiene un cuerpo bien formado a causa del trabajo sino del gimnasio y suele estar tatuado. El chacal es una de las fantasías eróticas gay por excelencia.
El bicho: Forma popular de llamarle al VIH. Cuando alguien vive con VIH/SIDA, se dice que tiene “el bicho” como eufemismo. Suele tener una connotación peyorativa. ¡No la usen, chilangos!
Pájara/titera: Homosexuales muy afeminados. Se refieren a ellos mismos y a sus amigos en femenino y suelen tener cabellos de colores, encrespados y planchados (de ahí el término pájara). Suelen cargar grandes bolsos, usan pantalones blancos entallados y botitas de boxeador. En redes sociales suelen ponerse apellidos como Spears, Germanotta y Kardashian, aunque en realidad sean Pérez, Martínez o Jiménez. Ojo: este término también es peyorativo. El término “titera” proviene de “Cabare-Tito”, de donde suelen ser clientes asiduos.
Lencha: Lesbiana. Tortilla. Talla alfombras.
Activo: Dícese del homosexual que encuentra placer en introducir su chosto en el chimuelo de otros hombres. Se le llama también soplanucas.
Pasivo: Aquel homosexual, que, a diferencia del activo, encuentra placer en recibir al cíclope por Detroit. También se le conoce como muerdealmohadas.
Inter: Homosexual que disfruta tanto dar como recibir. Existe una gran variedad de inters: inter más activo, inter 50/50 o inter más pasivo. Cabe aclarar que ser inter amplía la posibilidad estadística de la cópula.
Musculoca: Homosexual musculoso de apariencia masculina, pero que suele tener un comportamiento afeminado a la menor provocación. Son gymholics y suelen llenar sus muros de selfies entrenando, así como fotos en calzones para mostrar los resultados. Y sí, es peyorativo.
También, como en todas las comunidades, existe cierta tolerancia ante algunas palabras utilizadas entre sus miembros (sin albur) pero que no se toleran si vienen de fuera. Ahí tenemos el caso de “puto”, que no hay bronca si te lo dice una comadre, pero hay pedo si es que los bugas lo gritan en los estadios y hasta la FIFA se pone al brinco.
¿Sorprendidos? Sobre todo los españoles, que os habréis quedado a cuadros, mas que por las palabras, por las explicaciones.
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