Durante siglos los cánones de belleza masculina han permanecido poco menos que inalterables. El cuerpo femenino, por el contrario, se ha metamorfoseado según el gusto imperante del momento. Hoy en día tod@s, hombres y mujeres, nos sometemos al yugo de una supuesta perfección física que, no solo niega la peculiaridad de cada cual, sino también el ineludible paso del tiempo.
Como sociedad y como cultura, vivimos inmers@s en el mal llamado culto al cuerpo. Pero, ¿a qué cuerpo? ¿qué edad, qué medidas, qué proporciones debe tener ese cuerpo ideal?. Gimnasios, fabricantes de cosméticos, industria alimenticia, cirujanos y creadores de moda son los nuevos sacerdotes de ese culto. Y el cuerpo, como cualquier otro ídolo, requiere sacrificios, exige víctimas.
El porcentaje de gais que padecen TCA (trastornos de la conducta alimentaria) es superior, en el caso de los chicos, al de los heterosexuales. La moda del bajo peso por un lado y de la hipermusculación por otro causan auténticos estragos. En el caso de las lesbianas, la menor exigencia respecto a un modelo corporal, ha servido hasta hoy como protección, pero entre las más jóvenes esa tendencia se está invirtiendo. Anorexia, vigorexia y bulimia, entre otras patologías, son enfermedades graves y pueden tener un desenlace fatal.
Reivindiquemos lo que de irrepetible hay en cada cual, buceemos en busca de la esencia y no confundamos salud con obsesión. Porque si algo somos los seres humanos es diversos, de raza, de estatura, de complexión, de edad, de gestualidad, de tendencias, de gustos, ¡de todo! Lo contrario a la diversidad es la uniformidad, un mundo de clones repetidos e indistintos. También en este tema luchemos, sin tregua, por la diversidad.
Montse Trillo, directora de contendidos de Gayles.tv.
© 2014 - 2024 Development by Clara Díaz Fonticoba. All Rights Reserved.