“No te fies de las palabras: En esta vida encontrarás a muchas personas que viven mal y hablan bien” - Demófilo
Esta vez me apetece hablar de algo con lo que nos enfrentamos cada día, que nos obliga a andar “con pies de plomo” y que entorpece y dificulta las relaciones personales hasta un punto del que muchas veces no llegamos a ser conscientes.
Lo natural es la verdad, y la sinceridad. Eso sería lo lógico y lo más fácil. A todos nos gusta relacionarnos de manera “sana” con los demás, pero hemos alcanzado un nivel en que parece que no sepamos cómo se hace. Y es comprensible, pues cada vez más, el mundo está lleno de intereses ocultos, de envidias, de inseguridad y de mentiras.
Es la inseguridad, a veces hasta el miedo, lo que nos lleva a mentir (me voy a incluir aunque no me considere en absoluto alguien mentiroso, al contrario; pero también participo de ese “juego” en las ocasiones en que lo considero necesario, en especial si con ello “protejo” a quien quiero de algunas verdades difíciles).
Se puede entender la mentira en alguien que no tenga sus ideas claras, que se sienta confuso, que no sepa muy bien como reaccionar ante una situación en concreto; pero de ahí a que primero te haga ver una cosa y más adelante te la arrebate por completo, es algo que deja a los demás en un profundo desconcierto.
Eso es lo que me lleva a pensar que ciertas personas tienen dos caras, aunque no entiendo muy bien por qué ni para qué. En mi opinión esas personas han entrado en una compleja espiral, en un círculo vicioso que les acaba dejando solos en el laberinto de sus mentiras.
Estos mentirosos patológicos falsean la realidad como vía de escape, para obtener atención e incluso admiración. Y se convierten en ADICTOS A LA MENTIRA.
El adicto, aunque quiera, no puede dejar de mentir, pues se ha convertido en su forma de comportarse y relacionarse con los demás, llegándose a sentir indefenso si no adorna la verdad.
Y si de algo estoy seguro es que estas personas, como cualquier otro adicto, no se sienten nada bien cuando llegan a ser conscientes de hasta qué punto su vida no es más que una invención. Eso debe desgastar emocionalmente a cualquiera...
Puede que consigan más atención, pero es una atención creada desde la falsedad. Puede que consigan admiración, pero no es real. Puede que mantengan un amor, pero a quien realmente quieren no es al mentiroso, sino al personaje que han inventado.
A veces al ser descubiertos, no les queda más remedio que irse “con el rabo entre las piernas”. Pero lo peor es que no acaban ahí, y se marchan a engañar a otros, empezando “a tejer una nueva red”...
Como digo, es una adicción y, como cualquier otra, les impide ser libres.
"La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía" - José Martí.
Con todo esto, espero que aquellos que acostumbran a “disfrazar” su realidad de cara a los demás, comiencen a ejercitar la sinceridad.
Yo la practico, y a veces me llevo alguna que otra “bofetada” por ello, es inevitable... pero estoy orgulloso de haber conseguido que me quieran por ser como soy, con lo bueno y lo malo, y no por haber creado a un personaje “fantástico” que en realidad oculte a un ser inseguro y asustado ante el rechazo. De hecho, el convertirse en un mentiroso es, con toda seguridad, lo que más rechazo puede generar en los demás.
Dicho esto, ahí os dejo mi consejo:
Deja que te quieran por lo que eres, y también que te odien. No intentes ser perfecto y agradar a todos, porque es imposible y hasta aburrido. Y presume también de tus defectos, porque ellos también te hacen ser único y especial...
(¡Joder esto me está quedando muy poético, y parezco lo que no soy! Voy a darle también mi punto odioso:)
Y si no eres alguien único y especial, sino un coñazo de tio, pues jódete y haz por cambiar... pero no inventes, que eso te hace ser mucho más patético.
(Ahora sí, que no quiero que nadie crea que intento parecer un escritor serio, pues no lo soy)
Foto principal por Miguel Rodríguez.
Foto texto por Jesús Benítez.
© 2014 - 2024 Development by Clara Díaz Fonticoba. All Rights Reserved.