Estos días en los que se celebra el 45 aniversario del momento en el que algunos transexuales, acompañados de varios homosexuales y alguna que otra prostituta, levantaron la voz y los adoquines de las calles de Nueva York para decir: ¡Basta de acosos!, en Madrid se celebra el mayor encuentro de Asociaciones, empresas y particulares del mundo LGTB.
El recorrido por el que pasarán las pancartas reivindicativas y de fiesta, ha variado respecto al recorrido más conocido de los últimos años. Sale desde la zona de Atocha y atravesando amplias avenidas llenas de árboles (y de gente), llegará hasta la Plaza de Colón. Allí se leerá un manifiesto que hace referencia al Lema de esta jornada “Por los Derechos Humanos” y que quiere ser voz de todas aquellas personas LGTB que por vivir en determinados países son víctimas de persecuciones, acosos, violaciones, encarcelamientos y asesinatos. También se dará homenaje a los activistas que se juegan el pellejo en esas zonas para dar a conocer la realidad y que ésta no quede impune.
Pero lo que me motivaba a escribir esta nota, era el recorrido de la Mani-Fiesta de este año 2014.
Empecemos por el origen del recorrido, en la zona de Atocha, que en realidad es la Glorieta de Carlos V, ¿no fue este señor un emperador alemán perteneciente a una dinastía con orígenes en la zona de Austria? ¿y no ha quedado ganadora del concurso de Eurovisión Conchita Wurst este año? Vaya, vaya,…, qué homenaje más acertado.
Un poco más allá, en el Paseo del Prado, pasamos por el Ministerio de Sanidad, donde la Ministra del mismo se dedica a poner freno a diversas opciones de maternidad o a la salud de las personas inmigrantes o de las personas Seropositivas. Y de este modo, se van encaminando nuestros pasos hasta la Plaza de Cibeles, donde el Ayuntamiento de Madrid tiene su sede, y desde donde tantas dificultades y trámites burocráticos trataban de impedir la celebración de este Orgullo 2014.
Y enfilamos hacia la Puerta de Alcalá en la Plaza de la Independencia, para tomar la Calle Serrano. Acabamos de entrar en el Barrio de Salamanca, lugar de empaque y gente adinerada, y que se verá ese día lleno de colorido y de gentes de diferentes regiones y estratos socio-culturales. Y en dicha calle, aparecen el Museo Arqueológico y la Biblioteca Nacional, lugares en donde se debería de aprender Historia y decir bien alto que la homosexualidad es tan antigua como el mundo.
Y ya estamos a unos metros de la Plaza de Colón, lugar empleado principalmente por un sector de la población para hacer ostentación de los valores más tradicionalistas y poco respetuosos con la diversidad de nuestra sociedad. Ojalá que esta vez, en la Plaza, ondeara una gran bandera del Arco Iris y que la canción que se escuchaba en alguna de las películas de la década del destape no volvieran a ser empleadas para insultar o hacer chistes fáciles a costa de la manera de amar y sentir de las personas LGTB. ¿Qué no saben qué canción es? Decía algo así: “los hermanos Pinzones, eran unos mari…neros, que se fueron con Colón, que era otro mari…nero”, pero claro, todos sabemos el tipo de rima que sonaba en las cabezas.
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