Una joven transgénero finalmente logró el asilo después de pasar seis meses en un centro de detención de inmigrantes en Arizona, pero el tiempo de encierro fue interminable. Cuando Nicoll Hernández Polanco, una joven guatemalteca de 23 años, se entregó a los agentes de la Patrulla Fronteriza en octubre de 2014 y pidió asilo en EEUU, ella pensó que ese era el fin de una penosa experiencia. Nicoll estaba equivocada, según publican en la página web laopinion.com
La colocaron en un centro de detención para varones dirigido por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en Florence, Arizona, donde Nicoll denuncia que enfrentó la burla y el acoso de los guardias y de los otros privados de libertad.
Ella, como muchos otros inmigrantes indocumentados de la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transexual (LGBT), salió de su país escapando de la persecución que experimenta esta minoría en la región.
La guatemalteca aseguró que el principal problema es que solo existen dos categorías entre los detenidos, hombres o mujeres, no hay un lugar para las personas homosexuales o transgénero.
La organización Mariposas sin Fronteras publicó en su web que en su primer mes de detención Nicoll pasó por revisiones corporales por guardias del sexo masculino, recibió “comentarios y gestos sexuales y ofensivos” y que en repetidas ocasiones se le jaló la cabellera. Fue por todo esto que se puso en marcha una petición para liberarla lo más pronto posible.
Por su parte, fuentes de ICE en la región aseguraron que trabajan para informar y educar mejor a los guardias para que ayuden a los inmigrantes LGBT, pero que hasta el momento la única forma son las celdas de aislamiento, lejos del resto de los detenidos.
De los 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país, 267,000 son miembros de la comunidad LGBT, según un reporte de 2013 del centro de estudios políticos Center for American Progress.
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01-09-2014 | nosgustas.com
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