“¡¡De la Europa de los estados nación a la Europa de los maricas!! ¡¡El Primer Ministro de Luxemburgo se comprometió con su amado!!”. Fueron dos frases en Twitter, pero suficientes para crear un problema diplomático entre Grecia y Luxemburgo. El polémico mensaje fue emitido el pasado 27 de agosto por el diputado heleno Nikos Nikolopoulos, un independiente exintegrante del partido conservador de gobierno, la Nueva Democracia del primer ministro Antonis Samaras. Su destinatario fue Xavier Bettel, el primer ministro de Luxemburgo. El político centroeuropeo, abiertamente homosexual, había declarado en Twitter su intención de hacer valer la nueva ley de matrimonio entre personas del mismo sexo aprobada en su país para casarse con su pareja, según publican en la página web elconfidencial.com
“Hola, me enteré de que querías decirme algo, pero no hablo griego. Perdón”, respondió el líder luxemburgués al diputado griego. Nikopoulos volvió a manifestarse, esta vez por carta, negándose a aceptar “la agenda gay que algunos están tratando de imponer” y mostrando su temor ante la posibilidad de que Grecia pueda permitir la “pedofilia y la bestialidad, como ocurre en Alemania y Holanda”, según expuso en su escrito. También pidió a Samaras y al viceprimer ministro socialista, Evangelos Venizelos, que desvelasen sus puntos de vista sobre la homosexualidad.
Lo que inició como una disputa en la red social de mensajes cortos acabó volviendo a poner en boca de la opinión pública la intolerancia contra las diferentes opciones sexuales en Grecia, uno de los pocos países de la Unión Europea donde no está contemplada la unión civil o de hecho para la comunidad LGBT.
La existencia de grupos radicales como Amanecer Dorado preocupa a los integrantes de la comunidad LGBT. El pasado 23 de agosto, una pareja homosexual fue atacada en un parque por un grupo de entre diez y 15 cabezas rapadas ataviados con camisetas negras, según el diario Efimerida ton Syntakton. Esa es la indumentaria habitual de los ultraderechistas griegos y también la utilizada por los simpatizantes de Amanecer Dorado.
Los neonazis ya han amenazado a la comunidad homosexual en el pasado. Causó controversia mundial el lanzamiento de octavillas en las zonas donde se congrega la comunidad LGBT. En ellas podía leerse “Sois los siguientes”. Tras los inmigrantes, se entiende. “Hay una falta de interés político en hacer algo contra la violencia. La mayoría de ataques, además, no se denuncian”, lamenta Jaronis, de ‘Colour Youth’.
En Grecia no existe reconocimiento para las parejas del mismo sexo, pero una ley de 1982 legalizó el matrimonio civil entre ‘personas’, sin más especificación. El alcalde de Tilos decidió utilizar ese agujero legal para casar a dos parejas, una gay y otra lesbiana. El ministro de Justicia declaró esas uniones como ‘inválidas’
La Iglesia Ortodoxa ha llegado incluso a amenazar con excomulgar a los diputados que voten a favor de la unión civil de parejas del mismo sexo. Lo hizo Seraphim, el Arzobispo de Atenas, el pasado noviembre. También criticó los intentos de “hacer a este terrible pecado de la homosexualidad, sodomía, relación sexual antinatural, pederastia y pedofilia, aparecer como algo normal, como diversidad”, incluyendo matices adicionales en sus críticas.
Europa, sin embargo, ha tirado a los griegos de las orejas. El Tribunal Europeo de Derechos humanos señaló en noviembre de 2013 que la exclusión de las parejas del mismo sexo en la legislación sobre uniones civiles en Grecia viola el Convenio Europeo de Derechos Humanos y que las razones que dan las autoridades para no aprobarlas no son “convincentes”. Hasta 162 parejas de homosexuales habían denunciado al gobierno griego por su exclusión de las uniones civiles y fueron indemnizados. De acuerdo con el Tribunal, de los 19 países europeos que han integrado formas legales y civiles para la unión de parejas sólo dos, Grecia y Lituania, han excluido a quienes quieren compartir su vida con personas del mismo sexo de protección legal.
Los activistas también encuentran discriminación en la aproximación de los medios de comunicación a la homosexualidad. Grecia ha tenido varios episodios de censura en televisión por cuestiones de opción sexual. Uno de los más sonados fue el corte en 2012 de una escena del popular serial británico ‘Downton Abbey’ en la que aparecían dos hombres besándose.
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