Un tribunal chino ha escuchado por primera vez una denuncia contra una clínica por las terapias que pretenden convertir a gais en heterosexuales en lo que se entiende como un paso decisivo en el respeto a los derechos de los homosexuales en el gigante asiático.
Un hombre de 30 años, con el seudónimo de Xiao Zhen, explicó ayer a las puertas del tribunal de Haidian (Beijing) el proceso al que le sometió la clínica Xinyupiaoxiang de Chongqing: después de ser sometido a hipnosis, le fue solicitado que pensara en relaciones íntimas con hombres y recibió una descarga eléctrica como castigo. La terapia, le informaron, implicaba la repetición continuada de descargas, según un articulo publicado en la página web sp.ria.ru/
El denunciante, que asegura haber sufrido un trauma, no sólo ha denunciado a la clínica sino a Baidu, el buscador más popular en China, por incluir publicidad de la clínica.
Una docena de activistas del centro LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) de Pekín se disfrazaron a las puertas del tribunal de médicos y enfermeras simulando suministrar inyecciones y descargas a pacientes mientras gritaban que la homosexualidad no necesita ser curada.
La clínica de Chongqing, que cobra casi 5.000 dólares por el tratamiento completo, asegura que “curó” a una decena de pacientes en 2011 y a otros siete en los seis primeros meses de 2012. Su página web asegura que la homosexualidad en realidad no existe, que sólo es una forma “errónea” de manifestación de la sexualidad y que los gais “necesitan ser guiados”.
Otras clínicas esgrimen porcentajes de éxito del 70 %. Desde el centro LGBT niegan que haya un solo caso registrado de gay reconvertido en heterosexual y sostienen que muchos pacientes prometen haber sido “curados” para contentar a sus padres o por miedo a más sesiones.
El Gobierno y la prensa nacional han dado tímidos pasos hacia la aceptación. El pasado año, los medios publicaron las fotos de la entonces primera ministra islandesa, Johanna Sigurdardottir, junto a su esposa, la escritora Jonina Leosdotir, en una recepción en Pekín. En la televisión pública, la dirigente agradeció el “amable trato” otorgado a su pareja al entonces primer ministro, Wen Jiabao.
El centro de LGBT de Pekín organiza charlas informativas en las universidades y a padres con hijos gais, presta ayuda psicológica y análisis gratuitos de HIV. Opera como una ONG pero no figura en el registro nacional ni recibe fondos del Estado. Cuando un centro para gais del centro de China intentó registrarse, las autoridades lo rechazaron porque “la homosexualidad es una violación de la moral”. El centro de Pekín figura legalmente como una compañía de asesoramiento.
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