España firmará el miércoles un acuerdo con Rusia que desbloqueará las adopciones de niños por parte de matrimonios homosexuales, pero que impedirá definitivamente que los homosexuales y los solteros españoles puedan acoger a menores rusos.
El pacto bilateral aliviará a unas 500 parejas casadas que vieron cómo se paralizaron bruscamente sus procesos de adopción hace ahora casi un año, cuando el Ejecutivo de Vladimir Putin decidió abortar cualquier adopción que viniera de países en los que el matrimonio homosexual es legal. De ellas, 150 ya tenían asignado a un menor, según publican en el diario español El Mundo.
Pero este mismo acuerdo entre España y Rusia destrozará las esperanzas de 19 familias monoparentales, entre las que hay hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, que habían iniciado el proceso de adopción de un menor y que no podrán volver a verlo.
El asunto estaba paralizado desde el 29 de agosto del año pasado, cuando el Tribunal Supremo ruso frenó en seco toda adopción a países culpables de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. El tribunal se inspiró en la ley promulgada por Putin un mes antes, el 3 de julio, que prohibía directamente a los gays y lesbianas adoptar.
Días después de la decisión del Supremo, el 18 de septiembre, el Defensor del Pueblo ruso, Pavel Astájov, dijo que las adopciones sólo podrían llevarse a cabo si se suscribían acuerdos bilaterales entre Estados.
Entre la veintena de países que quedaban pendientes (los primeros fueron Francia e Italia) estaba España. Tras meses de negociaciones, el Consejo de Ministros español ha autorizado que el miércoles se firme un acuerdo que tiene un punto muy controvertido.
Según el texto del convenio, las autoridades rusas podrán solicitar informes sobre la situación de los menores rusos adoptados por familias españolas, "con independencia de la fecha de constitución de la adopción. No obstante, se establece que este compromiso se articula en tanto que lo permita la legislación del Estado receptor (España)".
Lo relevante es que, según fuentes oficiales que cita Europa Press, Rusia podrá preguntar si se ha producido un cambio en la estructura familiar y, si le parece conveniente, solicitar a España que reubique al niño en otro entorno.
Eso, dadas las condiciones impuestas por Rusia, podría hacer que el país presidido por Putin pida al de Rajoy que un niño adoptado por una pareja que se ha separado después de haberlo acogido sea enviado a otras personas. O sea, a un matrimonio. Y heterosexual, por supuesto.
En este punto, el acuerdo introduce una salvedad que podría evitar esa circunstancia: el cambio solicitado por Rusia deberá ajustarse a la legislación española.
En España hay 12.000 niños rusos adoptados y sólo en 2012 los españoles adoptaron a 502 menores de esa nacionalidad.
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