Han pasado veinte años, pero se ha hecho justicia. La Audiencia de Barcelona acaba de condenar a Cristian A. por el asesinato en el año 2000 de un chico, simplemente por ser homosexual.
El condenado, quién ha sido extraditado de su país para ser enjuiciado y encarcelado en España admitió el crimen desde el primer momento.
El asesino era seguidor de las ideas neonazis, y después del asesinato, llenó la pared con sangre de la víctima con pintadas tipo "Hitler tenía razón" y "KKK".
Una buena noticia basada en una mala noticia, pero se ha hecho Justicia.
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