Depork, en Indonesia, acaba de ser noticia cuando su alcalde ha emitido una orden a la Policía local de la ciudad para 'detener la propagación' de la homosexualidad, buscando aquellos pisos en los cuales se reúnen las personas homosexuales, por '''inmoralidad'''.
Anmistía Internacional pide que se acabe con este tipo de órdenes, ya que las relaciones entre las personas del mismo sexo están protegidas por el Derecho Internacional, y considera esta actitud como de 'odio'.
“La criminalización de la homosexualidad es discriminatoria y viola los derechos a la vida privada y familiar, la libertad de expresión y la libertad de reunión y asociación", insisten desde Anminstía Internacional.
No nos gusta esta noticia, y mientras tanto, seguimos en silencio ante estos atropellos.
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