El turismo gay en República Dominicana es una realidad que el gobierno ha querido ocultar por años. Sin embargo, poco a poco salen luces de colores y banderas que ondean con orgullo en zonas y lugares que promueven la actividad como una alternativa de negocios y de gran potencial para atraer turistas. Todo indica que la economía lo está agradeciendo.
La importancia del turismo GLBT está sobre demostrada en todo el mundo. De los US$1,159,000 millones que generó en 2015 la actividad turística, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), alrededor de US$185,000 millones, equivalentes al 15.96%, provinieron de este segmento.
“Lugar ideado para ti, la mejor alternativa para lo que buscas, escape de la rutina del día, del stress, de lo cotidiano; lugar limpio, higiénico y seguro, donde la combinación de atmósfera, luces y aromas se enlazan para crear el ambiente perfecto que tú necesitas y que buscas”, dice el mensaje de bienvenida que da uno los lugares gay más famosos del país: Apolo Spa, ubicado en la Zona Colonial, en Santo Domingo.
De lo que sí hay constancia es de centros de diversión y de hospedaje especializados en este mercado. República Dominicana aún no ha incursionado en promocionarse como destino GLBT, aunque cifras extraoficiales establecen que entre un 10 y 16% de los turistas que visitan el país podrían estar relacionado con los atractivos que se ofrecen para este público.
Los datos dados a conocer en la Feria Internacional de Turismo de España 2016 (Fitur) son elocuentes. El turismo gay (GLBT) mueve más del 17% del volumen de turistas a nivel mundial, correspondiéndole entre un 18% y 20% del gasto turístico total. Los 800 millones de turistas de este segmento gastan cada año alrededor de US$185,000 millones, superando en un 55% el primer emisor turístico, que lo es China, con US$120,000 millones.
Datos de la OMT y el Consejo de Viajes de Turismo establecen que el turismo gay crece a un ritmo anual de 10.3%, frente al 3.8% del resto. Y lo más evidente es que destinos de todo el mundo, cadenas hoteleras y grandes almacenes, compañías aéreas, administraciones, promotores de ocio, turoperadores, moda, cine, televisión y prensa, entre otros sectores, se interesan por el turismo y los hábitos de consumo de los homosexuales y lesbianas.
La Fitur Gay, ese espacio reservado en la Feria Turística de España para este segmento y que lleva cinco años en el evento, demostró que éste ha pasado de ser un desconocido grupo de consumidores, incluso evitado, a tener una enorme relevancia en la cuenta de resultados en todas las empresas y destinos que lo captan y, en la mayoría de los casos, lo fidelizan.
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