Vayamos por partes. No seré yo quien discuta a ningún ser humano qué país o región es mejor para irse de vacaciones. Sobre gustos colores, y dentro de los colores, hay miles de percepciones diferentes de lo que significa disfrutar.
Pero, tengo que reconocer que las palabras del Presidente de Uganda, Señor Museveni me han encendido un poco.
Este hombre ha criticado a la gente que lleva la gestión del Turismo en Uganda, afirmando que solamente "muestran" al mundo unos cuantos chimpancés. Y esto lo ha firmado en un artículo publicado en el periódico New Vision hace cuatro días.
Y sigue opinando que los europeos visitan el Mediterráneo español, pasando calor y humedad en verano, y que Uganda sería mucho mejor destino que la mayoría de esa zona.
No seré yo quien critique estas palabras. Solamente hay un pequeño problema. En cualquier ciudad española, yo me puedo permitir el lujo de ir con mi marido, darle un beso en los labios en la calle, andar por cualquier pueblo de la mano, o incluso cenar en un restaurante gay, o alojarme en un hotel repleto de homosexuales, o incluso visitar una playa llena de chulazos que extrovertidamente demuestran su orientación sexual. Esto será bueno o será malo, que opiniones hay para todos los gustos. Quizá a mi me guste un hotel exclusivamente gay, y quizá quien esto lee no le apetezca en absoluto. Pero la realidad es que en España puedo elegir esta opción. ¿En Uganda también?
Otra peculiaridad es el aparecer en una discoteca y acercarme a un hombre que me guste... en España puedo hacerlo, y quien sabe si dormiré solo o acompañado... ¿En Ugando me atrevería a hacer algo así?
Incluso, puede ser que mi naturaleza consiga que se me note de lejos mi homosexualidad. En España puedo ir por la calle meneando caderas si me apetece. ¿Puedo hacerlo en Uganda?
Señor Museveni, siento decirle que las mejores vacaciones no son aquellas donde los paisajes son más tranquilos, o más espectaculares. O donde están las mejores playas.
Las mejores vacaciones son aquellas en las cuales voy a disfrutar, siendo libre. Sin tener nada que disimular, ni nada que temer por mi orientación sexual. Esas son unas buenas vacaciones.
Lo siento por usted, pero muchísimo tiene que avanzar su política asesina contra la gente LGTBI para acercarse al chicle pegado de la suela del zapato del Mediterráneo español.
Fotografía por travelodestination.com
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