Mientras Rafa se encargaba de ir a comprar algo para la cena yo fui al Sex-shop cercano a mi casa. A pesar de que pasaba delante de el casi a diario nunca había entrado. Me sorprendió lo iluminado y bien ordenado que estaba todo, esperaba encontrar un lugar un poco más sórdido.
Al final del local detrás del mostrador estaba el dependiente. Un chaval de unos 30 años, que llevaba una ajustada camiseta negra que dejaban ver unos musculosos brazos llenos de tatuajes tribales. Era muy moreno, con rasgos latinos y bastante atractivo. Me recibió con una amable sonrisa al verme.
La verdad es que estaba un poco incomodo pero como tampoco quería alargar mucho la situación le dije que venía buscando “condones especiales”.
Aunque creo que el dependiente intuyó por donde quería ir me sonsacó un poco más de información, que como de especiales los quería. Tragando saliva le tuve que explicar que para penetración anal. Me sonrió y me preguntó si eran para mi, casi sin pensar le contesté que si, que para mi y un amigo.
Enseguida me di cuenta que le había dicho que los quería para follar con otro tío. El dependiente ni se inmutó y me preguntó como de grande teníamos la polla, para dármelos del tamaño adecuado. Me quedé paralizado un momento y el chaval salio de detrás del mostrador y sin ningún reparo me metió mano en el paquete.
Entre lo que abulta en tus pantalones y lo que puedo palpar creo que harán falta de los grandes, pero siempre es mejor asegurarse.
Me cogió del brazo y sin saber muy bien que quería me llevó a la trastienda. Fue directamente a desabrocharme los vaqueros que llevaba y al intentar pararle me miró a los ojos, sonrió y me dijo que le dejara hacer la comprobación. Con el calentón que llevaba todo el día me deje hacer. El dependiente me desabrochó el pantalón, me bajó el slip y al coger mi rabo este ya estaba completamente duro.
Hará falta de los grandes, pero antes una ultima comprobación.
Se agachó y se la metió en la boca, iniciando una lenta y placentera mamada. Si Rafa ya la comía de vicio el dependiente le superaba con creces. Se notaba que tenía experiencia y lo hacia de lujo. Le dejé hacer y disfrutar de la comida de rabo que me estaban haciendo. Cuando ya estaba a punto de decirle que parase que me iba a correr se levantó y fue hacia el mostrador a por un condón.
Habrá que comprobar si ajusta correctamente.
Me lo puso el mismo y sin darme tiempo a decirle nada más ya se había bajado los pantalones mostrándome un culazo impresionante. Como veía que no me decidía me preguntó si no me gustaba su culo, le tuve que contestar que me encantaba pero que nunca le había dado por culo a un tío Se sonrió de nuevo y se acercó a mi mostrándome un rabo moreno no muy largo pero si grueso y con un gran capullo. Me besó dulcemente mientras me decía que él me iba a enseñar, que era muy fácil. Se puso de nuevo de espaldas, cogió mi rabo con su mano y el mismo lo fue introduciendo lentamente en su culo. Yo notaba como mi polla iba entrando en aquel agujero estrecho y caliente. Cuando él me indicó empecé una penetración suave y poco a poco fuí incrementando la intensidad.
No aguanté mucho en correrme dentro de aquel culazo moreno. El mismo se encargo de quitarme el condón y de limpiarme un poco.
Le expliqué con más detalle que los dos eramos novatos en esto y que por eso necesitaba condones y lubricantes para nuestra primera vez. Cuando le comenté que Rafa aun le tenía mas grande que la mía me recomendó que pillará también un dildo para ayudar a dilatar, que si no íbamos a tener problemas para meter aquellos pollones en culos vírgenes.
Me preparó el pedido y me hizo un descuento del 15% por cliente VIP. Le tuve que decir que con esa clase de atención al cliente seguro que volvería mas veces.
A lo que respondió guiñándome un ojo y que estaría encantado de volver a atenderme como hoy.
Volví rápidamente a casa, con la intención da darme una ducha antes que volviera Rafa. Por suerte éste aun tardo un poco en volver y me dio tiempo a ducharme y cambiarme de ropa después de haber estado follando en el Sex-shop.
Cuando volvió Rafa preparamos la cena y fuimos al salón a comer en el sofá delante de la tele como un par de colegas. Durante la cena ninguno sacó el tema aunque ninguno de los dos podía disimular que íbamos empalmados todo el rato.
Tras la cena nos tumbamos un rato en el sofá, pero al momento ya nos estábamos besando y metiéndonos mano.
Fuimos a la habitación donde nos quitamos la poca ropa que aun llevábamos y a pesar de que no deseaba otra cosa que volver a tener en la boca el enorme pollón de Rafa primero le mostré lo que había comprado en el Sex-shop. Cuando saqué el dildo se asustó un poco, pero cuando lo puse para que lo comparará con el tamaño mi polla y la suya entendió que haría falta toda ayuda posible para dilatar nuestros culos por primera vez.
Aunque Rafa ya se había lanzado a comerme el rabo le tuve que parar un momento porque aun quedaba un asunto por resolver. Quien iba a ser el primero en follarse al otro.
Decidimos echarlo a suertes, el que ganara sería el primero en penetrar al otro.
Y gané yo.
Para ir relajando el asunto primero me lancé yo a comerle el pollón a Rafa, quien se tumbó en la cama boca arriba. Me encantaba comerle su enorme rabo al mismo tiempo que le miraba a la cara y ver su cara de deseo. Fui descendiendo hasta sus huevos y luego le levanté las piernas para tener a disposición de mi lengua su sonrosado y virgen ojete. Al primer lenguetazo el cuerpo de Rafa se estremeció de placer para poco a poco su ojete ir cediendo a la acción del trabajo de mi lengua. Cuando su culo ya estaba más receptivo empecé con el lubricante y mis dedos. El problema vino cuando lo intenté con el dildo, a pesar de que ya empezaba a dilatar, al primer intento se le cerró de nuevo.
Tuve que forzar un poco hasta que al final empezó a ceder de nuevo y ya no le molestaba el dildo.
Tocó el turno de ponerme el condón y probar a estrenar aquel pequeño y duro culo que tan cachondo me ponía. Por suerte la dilatación previa ayudó a que la penetración fuera rápida y casi sin dolor. Cogiendo fuertemente las piernas de Rafa empecé un suave mete-saca mientras Rafa se iba pajeando sus 22 cm de pollón.
Cuando intenté aumentar la intensidad a Rafa le dolía y como se trataba de disfrutar al máximo seguí suavemente pero metiendo mi dura polla hasta el fondo, para que la sintiera bien. Finalmente Rafa no pudo aguantar más y se corrió abundantemente sobre su musculoso cuerpo adolescente.
Retiré mi rabo y al momento Rafa se fue corriendo al baño a limpiarse. Cuando regresó con una gran sonrisa en su cara ya tenía de nuevo su rabo completamente empalmado dispuesto a disfrutar de su turno.
Cuando cogió el dildo para empezar a dilatar mi culo le dije que no hacia falta, que lo primero que quería sentir abriéndome el culo era su gran polla.
Me puse a 4 patas sobre la cama y Rafa de pie empezó a introducir el lubricante con sus dedos. Cuando aquello ya empezó a dilatar un poco se puso un condón, abundante lubricante e intento metérmela. Al principio dado el grosor de su rabo y que mi culo no estaba suficientemente abierto costaba meterla hasta que de un golpe metió casi la mitad. Tuve que morder la almohada para no chillar, pero aguanté. Luego ya entró casi toda, al principio el dolor era inaguantable pero no quería que la sacará. Cuando por fin mi culo se dilató empecé a disfrutar teniendo el pollón de Rafa en mi culo. Empecé a sentir un placer nunca experimentado y le pedí a Rafa que me follará bien duro. Estaba disfrutando como nunca estando a cuatro patas mientras aquel niñato pollón me estaba partiendo el culo, no quería que aquello acabase nunca.
Mi rabo durante la follada estaba duro como una roca y no podía parar de pajearme, al final exploté soltando grandes cantidades de leche sobre la cama.
Al momento noté como chorros de lefa caliente caían sobre mi espalda y culo, Rafa se había vuelto a correr. Ahora fui yo quien tenía la necesidad de ir corriendo al baño a limpiarme.
Al volver Rafa estaba esperándome con su gran rabo empalmado sobre el que me abalancé para volver a disfrutarlo en mi boca. Los dos sabiamos que aquella noche iba a ser muy larga y que había que aprovechar que teníamos los culos bien abiertos y con ganas de volver a ser follados tras nuestra primera vez.
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