Los divorciados pertenecen a la Iglesia y no hay que discriminar a los homosexuales, según el documento de base que debatirán los obispos en el Sínodo extraordinario sobre la familia cuyos trabajos comenzaron este lunes, según publican en la página web ambito.com
Esos dos enunciados están contenidos en la "relatio disceptationem", texto que engloba las posiciones que expondrán durante dos semanas los padres sinodales, los obispos con voz y voto en la asamblea, y que fue leída por el relator general del Sínodo, el húngaro Peter Erdo.
En el texto, que servirá de base para el debate hasta el 19 de octubre, cuando concluirá la asamblea, se constata que existe un amplio consenso "respecto al hecho de que las personas de tendencia homosexual no deben ser discriminadas, como recalca también el Catecismo de la Iglesia Católica".
Pero también se detecta que entre las posiciones que expresarán los participantes y los fieles que fueron consultados antes de este Sínodo "no se espera una equiparación de estas relaciones (homosexuales) con el matrimonio entre hombre y mujer".
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