La hija de V., nacida con genitales masculinos, vive desde hace tres años como una niña. Terminada la transición de género, lo que más preocupa a la familia es que pueda acceder a bloqueadores hormonales, un tratamiento que frena la pubertad y el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, como la barba en los hombres o el crecimiento del pecho en las mujeres. De las nueve unidades de género que hay en España, solo las de Cataluña y Andalucía emplean los bloqueadores en casos excepcionales.
V. vive en Madrid, donde, por ahora, la sanidad pública no financia este tratamiento. “Para mí es muy importante que no se le ponga voz de chico ni le salga nuez. Sería un sufrimiento enorme”, explica su madre. Pero su situación no es facil. “Yo no me puedo permitir pagarlos por lo privado, así que me temo que nos tendremos que embarcar en otra lucha”, augura.
La administración de bloqueadores a los preadolescentes es una de las reivindicaciones que los transexuales quieren que se incluyan en las leyes autonómicas. “Estos tratamientos, que son reversibles, se ponen a niñas con pubertad precoz. Sin embargo, se niegan a los transexuales. Por eso denunciamos que existe una discriminación”, explica Mar Cambrollé, la presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía.
Miguel Ángel Cueto, secretario general de la Federación Española de Sociedades de Sexología, admite que existe “controversia” al respecto. “A mí me parece bien, pero hay aún un debate científico. Habría que analizar caso por caso”, apunta Cueto.
Si queréis leer el interesantísimo artículo que acompaña a éste, podéis hacerlo en la página web de el periódico El Pais, pinchando en el siguiente enlace:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/11/02/actualidad/1383423650_268086.html