Aunque he hecho la mayor parte de mi trabajo en los Estados Unidos, también he estado activo en otros países, y en enero de 2012, hice mi primer viaje a Cuba. Participé en una conferencia con miembros de la Asociación Mundial Profesional de Salud Transgénero, quienes fueron invitados a Cuba por Mariela Castro Espín a través de Cenesex, una organización educativa que brinda servicios médicos y psicológicos a personas transgénero y homosexuales. Tiene su sede en un hermoso edificio antiguo en un barrio tranquilo de La Habana, donde sirve como un lugar de reunión para esta comunidad.
Como parte de la conferencia, fuimos invitados a pasar una velada en el Las Vegas Club, uno de los locales de presentaciones de drag más animados de La Habana. Dentro de la decoración de fantasía del club, imitadoras hembras con atuendos espectaculares derramaron sus corazones mientras se codeaban con música trágica y romántica. Grupos entusiastas de mujeres con problemas de género, con un aspecto elegante y original, los animaron y se mezclaron con el resto de la audiencia. Estaba ansiosa por conocer a las mujeres, y de inmediato me sentí atraída por Amanda por su encanto obvio y su apariencia menos pulida, lo que me hizo sentir que ella podría ser más fácil de conocer. Tuvimos una conexión instantánea, y ella tomó mi mano mientras caminábamos hacia el bar. Luego, a través de otro fotógrafo, conocí a Nomi, que estaba rebosante de energía y buena voluntad.
Conocí a Malu en otra noche en el Las Vegas Club, pero no pude conocerla hasta mi próxima visita, en febrero de 2013, porque Amanda se había convertido en su compañera de cuarto. Malu es un líder natural, organizado, decidido y generoso. Como "la persona transgénero más conocida en Cuba", me presentó a la mayoría de las personas que conocí en mis próximas tres visitas.
Malu, Amanda y yo viajamos juntos por Cuba. Visitamos a sus familias y amigos, incluida la única persona que conocieron que hizo la transición de mujer a hombre. Fuimos a la playa y a actuaciones y otros eventos especiales. Una noche en Camagüey visitamos un área de cruceros en un hermoso parque público repleto de esculturas de piedra y un monumento. Pasamos algunas noches en el Malecón de La Habana, en el área donde los hombres van a buscar chicos gays o mujeres trans, y pasamos cuatro días participando en la celebración anual de la Semana contra la Homofobia y la Transfobia.
Las personas que comprenden lo que entendemos como transgénero siempre han existido, pero la comprensión de quiénes son y cómo pueden participar en la sociedad es nueva. A medida que la población cubana en general gane una mayor libertad personal, con suerte continuará reflejándose en el tratamiento de las minorías sexuales. Puedo imaginar un momento futuro en el que la sociedad dominante estará tan libre de juicios y prejuicios que las personas con diversidad de géneros serán apreciadas como profesores que nos muestran a los demás cómo liberarnos de la rigidez de los roles de género y encontrar formas alternativas de integrar la mente y el cuerpo. Por ahora, sin embargo, solo quiero celebrar la belleza inherente, el arte y el humor de los cubanos que tuve la gran fortuna de conocer.
Todas las imágenes son propiedad de Mariette Pathy Allen del libro TransCuba publicado por Daylight.
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