La hiperhidrosis es un exceso de sudoración que se localiza generalmente en axilas, palmas de las manos y plantas de los pies. A veces puede darse en otras zonas del cuerpo como la cabeza y el rostro.
La toxina botulínica, en este caso Botox®, es la única solución no quirúrgica para eliminar el exceso de actividad de las glándulas sudoríparas de manera temporal que reduce significativamente el sudor en la zona tratada.
Es un tratamiento bien tolerado, seguro y de gran eficacia que mejora la calidad de vida del paciente. Se realiza mediante infiltraciones en una zona previamente anestesiada, administrando dosis de toxina botulínica en la zona definida. El paciente puede hacer vida normal de forma inmediata.
Se ha demostrado científicamente que cerca del 90% de los pacientes después de una única sesión suda mucho menos o nada. La disminución del sudor empieza a notarse al cabo del quinto día y puede durar entre cuatro y seis meses el resultado.
En la mayoría de los casos los pacientes suelen realizarse este tratamiento una vez al año, cuando empieza el calor y el efecto les suele durar hasta noviembre, para volver a repetirlo de nuevo cuando vuelven las temperaturas altas. Para aquellos casos más severos, el tratamiento se puede repetir incluso tres veces al año.
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