Entre los deportistas de élite, especialmente en el fútbol, la homosexualidad es un tema completamente tabú pero que está siempre muy presente. Los comentarios homófobos, así como los desprecios hacia todo el colectivo LGBTI, se siguen produciendo y las autoridades no están tomando medidas para erradicar esta lacra.
Tanto en grandes acontecimientos deportivos, como en aquellos que se celebran a pequeña escala, los insultos o descalificativos homófobos son muy recurrentes por parte del público que acude a verlos. No hay más que reparar en algunos cánticos...
Es tal la presión que existe entre los deportista que rara vez se atreven a salir del armario. Un ejemplo muy claro es el fútbol profesional, donde prácticamente no hemos conocido ningún un caso de futbolista que se declare sea abiertamente homosexual o bisexual, sino que esperan a retirarse para poder hablar libremente de su orientación sexual.
El hecho de que muchos deportistas profesionales no quieran revelar su condición sexual hace que la comunidad LGBTI permanezca oculta, especialmente en el fútbol.
Y todo esto, ¿por qué sigue sucediendo? Evidentemente por presión social y por intereses económicos de los clubes.
En un mundo absolutamente globalizado, donde se cambian los horarios de los partidos para que puedan seguir en China o en Oriente Medio, es complicado tratar el tema de la homosexualidad. Puede que en España hayamos logrado abrir más nuestra mente, pero no es así en países islámicos o asiáticos, donde no se vería nada bien que el jugador de un gran equipo dijera que es gay.
Por otro lado, un porcentaje no pequeño de los aficionados al deporte utilizan los estadios como medio para expresar su rabia mediante gritos hacia los deportistas. En nuestro país, los gritos homófobos en los acontecimiento deportivos no tiene una sanción: no se cierran estadios ni se les ponen una penas importantes a los aficionados que aprovechan cualquier ocasión para insultar a los deportistas o a los árbitros.
Pero hay excepciones: algunos clubes de fútbol, como el Rayo Vallecano, han comenzado una campaña para dar visibilidad a este colectivo y demostrar que lo más importante es la tolerancia. Más clubes, tanto de fútbol como de otros deportes, deberían unirse a esta lucha y así conseguir que la homofobia desaparezca.
Hasta que la sociedad no empiece a pedir cambios y esté concienciada, los insultos homófobos seguirán estando presentes en los acontecimientos deportivos y los deportistas seguirán condenados al ostracismo.
26 de Enero de 2017 | Víctor M. Patón. Patón & Asociados 0 14062
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