Casi siempre la revelación es como un terremoto, que sacude los cimientos de esa estructura familiar y de unas creencias y paradigmas que se creían muy sólidos y afincados sobre base firme.
En ese momento, de parte de los padres afloran muchos sentimientos: asombro, incredulidad, duda, enojo, tristeza, culpabilidad.
Estos sentimientos iniciales, que se presentan en la mayor parte de los casos en los que un hijo revela ante sus padres esta preferencia sexual, son normales explica el psicólogo y docente del Politécnico Grancolombiano en Medellín, César Sierra. “Este tipo de noticias, de revelaciones sobre la condición sexual de uno de nuestros hijos va a generar sorpresa, desajuste de parámetros y cambio de paradigmas”, explica, porque es una situación que los padres no esperan de manera tradicional.
Incluso, se atreve a señalar el también psicólogo Juan Diego Tobón que aún en muchos casos, este tipo de revelaciones se ve casi como una confesión, como si el joven tuviera que confesarse de un pecado.
Idealización y realidad
Sierra señala que esas primeras reacciones no están alejadas del comportamiento normal de unos padres que incluso se pueden sentir, en esos primeros momentos tras conocer la decisión de su hijo, incómodos frente a ella.
Explica que para los papás, el hecho de que un hijo revele su condición como homosexual significa el rompimiento de un paradigma y una idealización que se habían hecho de una relación heterosexual para él, o para ella, tal y como ellos la tuvieron. “Esa idealización nos enfrenta a una decepción porque nos rompe el esquema mental por una decisión que está fuera del imaginario frente a nuestros hijos”.
Añade César Sierra que en algunos casos, los padres asumen este hecho como una falla en su proceso de crianza; en tanto otros hacen recaer en sus hijos la supuesta culpabilidad por esta condición, pero es claro en señalar que en ningún momento el hecho de que un hijo sea homosexual tiene que ver con una falla en el proceso de crianza. Ni es una situación para asumir o repartir culpas, como si de un error se tratara.
Es una decisión de vida propia de cada ser, afirma. Y demuestra también que finalmente es cada persona quien descubre y asume sus propias características. “No somos dueños de la vida de nuestros hijos, por más que tengamos un choque frente a una idealización. Tenemos que respetar todas las decisiones que los hijos están tomando”, argumenta.
Ante todo, respeto
Los padres tienen todo el derecho a sentirse abrumados por la noticia que recién conocen, explica Juan Diego Tobón, pero más allá de ese primer impacto, y de la conmoción que incluso pueda causar en ellos, la actitud hacia la decisión de su hijo debe ser, en primer lugar, de respeto, y ojalá, también de acompañamiento.
“De cierto modo cada papá y cada mamá tendrá que asumir esto, más allá de la confesión, como una posibilidad abierta de comunicación con los hijos, la decisión sexual más allá de ese carácter de confesión que en algún momento se da al hecho de contarlo o no, es toda una decisión de vida”.
Para ellos, también debe ser claro desde un principio, que una preferencia sexual diferente a lo que la sociedad tradicionalmente esperaría en un hombre o en una mujer, no es una anormalidad, no es una enfermedad, es simplemente una elección voluntaria que no debería cambiar en absoluto el sentimiento de amor por ese hijo.
Por eso, plantea César Sierra, ante esa situación, una forma de abordarla es hacer un recorrido del amor que se ha tenido con ese hijo, de la relación a lo largo de su vida. “El amor es el mismo, el hijo es el mismo, y ahora toma una decisión que es trascendental para su vida”.
La familia, ese entorno cercano debe ser el primer bastión de apoyo al hijo o a la hija que decide contar y revelarse como una persona homosexual, y que sabe que podría enfrentar el rechazo, la discriminación y la estigmatización.
“El padre de familia debe mostrarle al hijo bajo esa condición que es aceptado tal y como es, y eso puede brindarle herramientas para que él salga a enfrentar más seguro de su condición y pueda asumir su condición afuera en la sociedad, así sea aceptado o no, pero desde que la familia lo acepte eso le ayuda para tener unas herramientas más fuertes y enfrentarse a la sociedad”.
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06-04-2015 | nosgustas.com
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