El muro del dolor. Un gran muro pintado en el barrio artístico de Wynwood exhibe escritos en la pared de un edificio 49 nombres y apellidos, la mayor parte hispanos, como heridas abiertas, 49 vidas inocentes segadas en el club Pulse de Orlando
Un solar de hierba seca, amarillenta, quemada por el sol, se recorta y extiende hasta el muro trasero del edificio del O Cinema, en el corazón de Wynwood. Una pared de ocho metros de altura y veinte de largo. Un espacio de grandes dimensiones para un grafiti, pero escaso para plasmar el horror de 49 vidas cercenadas por el 12 de junio en la discoteca de ambiente gay Pulse.
"Cuando me dieron las fichas con todos los nombres y apellidos de las personas asesinadas, cuando me las pusieron en la mano, sentí una gran emoción y me dije: `No, esto es algo muchísimo más grande que pintar una pared`", dijo a Efe el grafitero Pedro Amos, creador del mural, quien contó con la ayuda de otros dos artistas urbanos amigos, Luis Valle y Jona Cerwinske.
Fueron cuatro días de un trabajo febril e intenso, sin apenas descanso, para trasladar al muro, subidos los tres en andamios mecánicos con aerosoles de colores, la urgencia de un dolor con nombres y apellidos.
"Quería darle a cada nombre individualidad, un color y una escritura diferente a la gente que murió, que la memoria de esa gente nunca se olvidase ni ese horror", expresó con visible emoción Amós. "Fue fuerte, fuerte", añadió en voz baja, como todavía bajo la onda expansiva emocional de la experiencia.
Y es que hubo tardes durante la obra en que la gente, a veces cerca de un centenar, de forma espontánea, se congregaba en el solar frente al muro, en un silencio de velas y tristeza.
Fue tan intensa la impresión de esta suerte de vigilia que, en una ocasión, contó Amos, "dejé de pintar un momento, me giré y vi a toda esa gente aquí, mirando. Y sí, me emocioné. Fue fuerte".
Por eso Amos, nacido en Miami de padres cubanos, decidió, sin dudarlo, mantener en este memorial los nombres compuestos o con los dos apellidos completos, en colores distintos, casi como brotando del inmenso corazón que ocupa una buena parte de la pared.
Y lo que, en un principio, se planteó como una propuesta de arte urbano a partir de la bandera arcoíris, símbolo del colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, dio paso una obra que toca a toda la humanidad.
Para leer el articulo completo publicado por la página web laregion.es, pinchad aquí.
© 2014 - 2024 Development by Clara Díaz Fonticoba. All Rights Reserved.