Caminar de la mano por la calle con su novio podría haber provocado que Subhi Nahas fuera torturado y asesinado en Idlib, su ciudad natal en Siria, donde afirma que las milicias radicales tienen como objetivo a los gais, a quienes ejecutan.
Esa es la razón por la que Nahas, de 28 años, huyó del país en septiembre de 2012 cuando la guerra se extendió y las milicias comenzaron a tomar áreas estratégicas como la ciudad de Idlib, al noroeste del país.
“Mi familia nunca aceptó que fuera gay, y hubo un momento en el que no estaba seguro ni dentro de mi casa, ni fuera, en mi ciudad. Tenía miedo de que mi propio padre algún día les contara [a las milicias] que era gay”, declara Nahas, que llegó a San Francisco en junio de 2015. Fue reasentado en el norte de California con la ayuda de dos organizaciones que trabajan para sacar a refugiadas y refugiados lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersex (LGBTI) de contextos en los que corren peligro.
La Organización para el Refugio, el Asilo y la Migración (ORAM, en sus siglas en inglés), organización sin ánimo de lucro de San Francisco, también tiene personal en Turquía que se encarga de localizar a refugiados LGBTI que han escapado de la persecución en sus países de origen y les ayudan con el proceso de solicitud de visado.
Nahas también recibió asistencia de la organización Jewish Family and Community Services East Bay (JFCS). Esta organización sin ánimo de lucro con sede cerca de Berkeley gestiona un programa de reasentamiento de refugiados LGBTI. Desde 2011, JFCS East Bay ha reasentado y ayudado a unos 60 refugiados LGBTI y solicitantes de asilo en la región, ofreciéndoles alojamiento temporal con una familia anfitriona y programas asesoría y apoyo legal.
“Siempre soñé con San Francisco porque parecía un lugar donde podría ser yo mismo”, cuenta Nahas, que ahora vive con su pareja americana en Castro, el distrito icónico gay de San Francisco. En Siria y otros muchos países de Oriente Medio y África ser gay es ilegal, y a menudo se castiga con la prisión o la muerte.
El director de la Oficina en San Francisco de ORAM, Peter Altman, afirma que los refugiados LGTBI son uno de los grupos de población que padecen un mayor aislamiento y tratamiento más brutal en todo el mundo. “El alcance del problema está aumentando”, comenta, “porque en algunos lugares el trabajo en favor de los derechos de los refugiados LGBTI ha generado una mayor aceptación, pero en otros países se ha agravado la homofobia”.
En marzo ORAM publicó un glosario multilingüe con palabras y términos para ayudar a los trabajadores humanitarios y de organizaciones sin ánimo de lucro a comunicarse mejor con los refugiados LGBTI. El glosario ha sido traducido al farsi, árabe, francés y turco.
Para leer el interesante y extenso artículo publicado por la página web acnur.org pinchad aquí.
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