Durante muchos años, siglos incluso, la homosexualidad de los grandes personajes de la historia del mundo occidental, ya sean artistas, militares, músicos, economistas ha sido obviada, dejada de lado o directamente tapada por los libros de texto, las recopilaciones críticas e incluso por los libros de historia. El mundo occidental se avergonzaba de su cultura y su historia de tal manera que, aun reconociendo sus logros y su importancia, no pudiera verse manchado por el pecado innombrable del que teníamos que avergonzarnos.
Sin embargo, la civilización, o parte de ella, no puede explicarse sin los logros militares de Alejandro Magno, las grandes obras de Miguel Angel, las innovaciones técnicas de Leonardo, la música de Chaikovski o, más recientemente, las aportaciones al mundo económico de Keynes y las de Turing al informático.
Christopher Morcom, Daniel Macmillan, Francesco Melzi, Tommaso dei Cavalieri, Hefestión, entre otros, han pasado de puntillas por la historia y, en el mejor de los casos, como los amigos íntimos de todos estos genios; eufemismo de amante, pareja, enamorado, o simplemente objeto del deseo de todos estos personajes.
Ha salido recientemente a la luz el robo de varios cuadros que pertenecían al último amante de Francis Bacon: un empresario español y, sin embargo, en TVE todavía utilizan el eufemismo de amigo y en La Sexta, estuvieron dando la noticia del robo de los cuadros que pertenecían al amigo íntimo de Bacon.
Tuve que mirar el calendario para confirmar que estábamos en marzo de 2016. Parece ser que sí, que esa era la fecha. ¿Nos despertamos ya de una vez todos?
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