Si una cosa tuve clara desde que oí hablar de él es que iba a ser un poco complicado. Os explico, es fácil de entender cuando te ponen en antecedentes. No era un cantautor cualquiera. Era una voz melancólica y a la vez fuerte que cuando podía sorprendía en los escenarios con conciertos encantadores.
A través de un amigo tuve la gran oportunidad de hablar con Andrés, se mostraba tímido pero a la vez le apetecía venirse a Alicante a hacer algún concierto en plan íntimo, tranquilo, para que disfrutáramos de él por tierras levantinas. Pero no pudo ser...y quedamos en hablarlo más adelante. En eso quedó. Un silencio que se hizo enorme.
Justo un día antes de su muerte, el 5 de enero, otro gran cantautor y amigo suyo, Marwan, le recordaba en la Sala Galileo Galilei, en Madrid, pues ya habían vivido grandes momentos encima de un escenario y trabajado juntos en algún disco, como con Luis Ramiro, al que si he visto alguna vez, disfrutado de su amistad y música y con otros cantautores se lo destrozados que están por el vacío que deja.
Andrés era abiertamente gay y defensor de los derechos Lgtb, argentino de nacimiento pero español de adopción, se vino con 10 años a vivir a Madrid.
"Manifestación contra mi depresión" fue, quizás, el tema que mejor explicaba su forma de ser, su sentimiento, su intento de luchar.
Nos deja a los 38 años una gran voz, un sentir especial, un cantante que buscaba algo que no llegó a encontrar y nos refugiaremos en esos 4 discos, llenos de letras que no nos cansaremos de leer y escuchar. Nos ha dejado, con un disco a las puertas... su testamento en voz. DEP.
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