La filósofa, profesora de la Sorbona y diputada del Partido Democrático italiano, Michela Marzano, se disponía hace un par de semanas a presentar en Pádova su nuevo libro 'Mamma, papà e gender' (Mamá, papa y el género). Pero a última hora el alcalde Massimo Bitonci, de la derechista Liga Norte, le negó el acceso al consistorio con el fin de "impedir que se propague la teoría del género". La presión de un grupo de intelectuales propició que finalmente Marzano pudiera celebrar su conferencia en el aula magna de la Universidad de Pádova y de paso reapareciese el debate sobre esta corriente.
Porque, ¿qué es exactamente la teoría del género? Según la propia autora de este libro, "nada". Marzano explica a eldiario.es que existen diferentes "estudios del género, que se desarrollaron a partir de los años 70 sobre todo en Francia", que indagan en el comportamiento del ser humano en un ámbito social, familiar, cultural o sexual, desposeyéndolo de su carácter femenino o masculino. Es decir, separando la disyuntiva antropológica entre hombre y mujer de la relacionada con la masculinidad o feminidad, de modo que un hombre podría tener comportamientos femeninos y viceversa.
Según Marzano, a partir de estas exploraciones, grupos católicos comenzaron a hablar de una supuesta teoría desarrollada que, sin embargo, nadie defiende y no existe como tal. Se trataría de retorcer estos planteamientos para convertirlos en conspiración. Precisamente para poner un poco de claridad en medio de semejante confusión, la filósofa ha escrito este libro con el que pretende "acabar con la idea de que un homosexual parte de una posición de inferioridad o la idea machista más extendida aún de que una niña es inferior a un niño". No es, defiende, una teoría como tal. "Hablamos de igualdad, todo lo demás son invenciones", explica.
La filósofa critica que, como respuesta a estas reivindicaciones, grupos ultracatólicos y de extrema derecha llevan tiempo "agitando el fantasma de esta supuesta teoría del género, que vendría a destruir la familia". Quienes la critican apuntan a que son las organizaciones que defienden los derechos de los homosexuales quienes tratan de imponerla en el conjunto de la sociedad.
Flavio Romani, presidente de Arcigay, el principal colectivo LGTB italiano, lo compara con los Protocolos de Sion, un libelo publicado en la Rusia de los zares en el que se recogen los supuestos planes de un grupo ultrasecreto judío para controlar el mundo y bajo el que se justificaron los pogromos antisemitas por parte de los rusos.
"Nos acusan de decir que una persona puede cambiar a cada momento de tendencia sexual y de querer convertir a todos en homosexuales", reconoce a este medio Romani. Añade que a través de esta idea se desarrolla en la sociedad un sentimiento "homófobo" y que sus iniciativas en las escuelas para divulgar la igualdad entre diferentes tendencias sexuales cuentan con un fuerte y creciente rechazo.
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