Cuando cae la noche, algunos jóvenes se sientan en la desmantelada parada de ómnibus, en la falda de una loma apartada del centro de la capital de Cuba. Luego suben cuesta arriba, para tener sexo entre hombres en la espesura del bosque.
Sitios apartados de las ciudades cubanas, como bosques, costas y edificaciones abandonadas, son colonizados durante las noches por los hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), para la práctica conocida por el vocablo inglés “cruising”, de relaciones rápidas sin revelar la identidad.
Con detractores y defensores, estos lugares bautizados aquí como “potajeras” (todo mezclado) representan un reto para el trabajo de prevención de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, coincidieron activistas, investigadores y HSH consultados por IPS.
“He presenciado actos de sexo desprotegido y colectivo. Allí va todo tipo de gente y no todos tienen conciencia de la epidemia”, contó Hernández, quien califica a las potajeras de “claves para la propagación” del virus que puede ser mortal.
Las personas viviendo con el VIH suman hoy 19.500 de los 11,2 millones de habitantes de este país caribeño, con una baja prevalencia de 0,1 por ciento. Mientras que al cierre de 2013 la población seropositiva era de 16.479.
Los HSH, una categoría de comportamiento que engloba a gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, representan 70 por ciento de la epidemia. Y se mantiene la tendencia de crecimiento entre las mujeres, que hoy abarcan 21 por ciento, frente a 18,5 por ciento en 201, según datos oficiales.
Revertir el lento y sostenido crecimiento de los nuevos diagnósticos cada año es el gran reto en esta materia del país de gobierno socialista, donde los servicios de salud son gratuitos, incluidos los suministrados a personas portadoras de VIH, e igualmente el tratamiento antirretroviral.
Y esa meta, que implica entre otras acciones más trabajo de prevención, pudiera estar al alcance luego de que el 30 de junio el país se coronó como el primer del planeta en eliminar la transmisión de madre a hijo del VIH/sida y la sífilis, con la validación de la Organización Mundial de la Salud.
“En las intervenciones de promoción de salud insistimos en el riesgo que significa tener sexo en un lugar sin las condiciones mínimas”, indicó Avelino Matos, coordinador de trabajo comunitario del Proyecto HSH-Cuba, una red de 1.800 promotores voluntarios que desde hace 15 años previene el VIH/sida en el grupo más vulnerable.
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