Según algún estudio, el hombre tiene hasta ocho zonas erógenas. Pero, realmente ¿sabemos cuáles son?.
-1. Punto “G”: Se encuentra en la próstata, una glándula del tamaño de una nuez que está bajo la vejiga masculina. Una forma fácil de acceder a ella es con la introducción del dedo (ligeramente doblado) en el ano a uno 5 centímetros de la entrada, aquí encontrarás una masa redondeada. Tócala, masajéala e imprime ritmo conforme a la excitación de tu pareja.
2. Punto “F”: Debajo del pene hay una franja estrecha de piel llamada frenillo, que posee un extraordinario potencial de placer. La postura del “perrito” o la “misionera” es ideal para lograr la máxima fricción; o bien, durante el sexo oral, mueve tus manos hacia arriba y hacia abajo en sincronía con tu boca para acariciar la zona.
3. Punto “O”: Según el sexo tántrico, frotar el cóccix de un hombre desata su energía sexual. El espacio en forma de “O” en la base de la columna vertebral está lleno de nervios que están conectados al pene, y acariciarlo puede despertar su libido. Pon dos dedos de cada mano en este punto y traza pequeños círculos mientras besas su espina dorsal.
4. Punto “X”: La línea del centro de su trasero, junto con el pliegue donde cada glúteo se une con el muslo, más el pliegue del interior de sus muslos, forman una “X”. Esta zona es muy excitante porque abarca la zona del ano, el perineo y los testículos, sin tocarlos de forma directa.
5. Punto “C”: La oreja es una zona erótica, y el lugar más excitante es el cartílago, debido a que tiene los grupos más grandes de terminaciones nerviosas. Besa su cuello y oreja; exhala para que tu aliento tibio caliente el área. Coloca tus labios en lo alto de su oreja y deslízalos hacia abajo, luego mordisquea y chupa esta zona.
Para leer el resto del artículo y descubrir las otras tres zonas erógenas, pinchad aquí.
Al punto G en los hombres hace mucho tiempo que no se le llama G. La mujeres si continuan teniendo punto G. Ultimamente el G de los hombres se le conoce por punto P....
© 2014 - 2024 Development by Clara Díaz Fonticoba. All Rights Reserved.