Una fiesta tradicional en la que los birmanos preparan ofrendas florales para los espíritus se ha convertido en un inesperado refugio para la comunidad homosexual, habitualmente discriminada en el país.
La fiesta de los espíritus de "nat", que se celebra durante seis días en la localidad de Taungbyone, a unos 20 km de la ciudad de Mandalay, atrae a miles de fieles, que buscan redimir su karma, en una fiesta que dura toda la noche.
"Tengo que vender flores aquí porque es una tradición que heredé de mis ancestros. Algo malo va a pasar si no vengo aquí", cuenta Nyi Nyi, un maquillador de 29 años originario de Mandalay, que aparca su trabajo cada año para poder participar en el festival.
Nyi Nyi cuenta que tiene dos hermanos cuyos espíritus son venerados, pero que una de las motivaciones que le lleva a volver cada año es tener un lugar para expresarse como homosexual.
"He sido discriminado en hospitales y en comisarías. En el hospital nos mantiene separados del resto porque piensan que los homosexuales están enfermos, la policía nos arresta si salimos a la calle después de las 20H00 horas", contó Nyi Nyi a la AFP.
En Taungbyone, sin embargo, es bien recibido, ya que muchos de los líderes espirituales son homosexuales o transexuales. Allí pasan el día dando consejos a los fieles antes de abandonarse a las danzas tradicionales que duran toda la noche.
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Fotografía por losviajeros.com
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