Ayer se cumplieron 25 años de la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, no se equivoque, no se trata de una mera efeméride. Ha supuesto uno de los mayores hitos de la lucha contra la homofobia, a la altura de los disturbios de Stonewall que supusieron el germen del día del orgullo gay, según publican en la página web revistavanityfair.es
Pocos serían los líderes que hoy en día se atreverían a calificar la homosexualidad como una enfermedad (en nuestra civilización occidental y exceptuando Rusia, claro) pero, en el pasado, la excepción fueron los que se mostraron condescendientes con ella. De Margaret Thatcher a Mahatma Gandhi pasando por Tierno Galván, casi todos fueron un reflejo de la homofobia imperante, pero lo cierto es que algunas de esas declaraciones se hicieron hace apenas apenas 30 años y fueron aceptadas por países enteros.
Repasamos las opiniones de diferentes líderes mundiales y culturales sobre la homosexualidad, que hoy en día serían totalmente inaceptables.
MAHATMA GANDHI
El padre de la independencia de la India y uno de los mayores hombres de paz de la historia no parecía tener la misma sensibilidad con las relaciones entre personas del mismo sexo. En su libro 'Todos los hombres son hermanos', de 1960, escribió esto sobre la homosexualidad: “Me atrevo a sugerir que es una de las doctrinas más peligrosas para predicar en cualquier sitio”. De hecho, lo llegó a calificar como un “vicio occidental”, cuando muchos templos de la India reflejaban en sus relieves relaciones entre personas del mismo sexo.
Paradójicamente, Gandhi ha sido relacionado sentimentalmente con el arquitecto alemán Hermann Kallenbach, con el que le unía una estrecha y ambigua amistad de forma epistolar. En las cartas llegaban a prometerse “no mirar con lujuria a ninguna mujer”.
MARTIN LUTHER KING
En 1958 el activista por los derechos civiles escribía lo siguiente en su columna de la revista Ebony a un joven homosexual que pedía su consejo: "El tipo de sentimientos que tienes hacia los niños probablemente no es una tendencia innata, sino algo que se ha adquirido culturalmente". Luther King confundía homosexualidad con pederastia, uno de los prejuicios más comunes de todas las épocas, y por si fuera poco remataba: "Ya estás en el camino correcto hacia una solución, siempre que honestamente reconozcas el problema y tengas ganas de resolverlo".
Llama la atención que uno de sus colaboradores más cercanos, Bayard Rustin, y organizador de la marcha sobre Washington de 1963 fuera abiertamente homosexual. Rustin fue el autor de una frase con la que quizás Luther King no hubiese estado muy de acuerdo: "El barómetro para saber cómo está una sociedad con respecto a los derechos humanos no es la comunidad negra, es la comunidad gay. Porque es la que más fácilmente es maltratada".
SIGMUND FREUD
“La homosexualidad seguramente no es ninguna ventaja, pero tampoco es algo de lo que avergonzarse. No hay vicio, no hay degradación, no se puede calificar como una enfermedad”, escribía el padre del psicoanalisis a una angustiada madre en 1935. A pesar de que Freud siempre buscara un motivo para todo aquello que acontece en nuestras vidas, con la homosexualidad no fue capaz de decidirse por uno solo y lo calificó como una mezcla de motivos psicológicos y biológicos. Sin embargo, aunque su posición pareciera la más cerca a lo que hoy en día tenemos aceptado, seguía considerándola como algo 'fuera de lo normal'.
“Me pide que ayude a su hijo, según entiendo, como si pudiera abolir la homosexualidad”, continuaba en su texto. “No puedo prometer hacer eso. En un número concreto de casos en los que tenemos éxito, podemos restaurar los gérmenes de la heterosexualidad que se han deteriorado y que están presentes en todo homosexual, pero en la mayoría de los casos no es posible”, respondía Freud a aquella madre al borde del colapso emocional en plenos años 30.
CAMILO JOSÉ CELA
El Premio Nobel de literatura y Marqués de Iria Flavia pronunció unas polémicas declaraciones en 1998, en el centenario del nacimiento de García Lorca que, hoy en día, le habrían supuesto verdaderos problemas. El autor de La Colmena dejó claro que si a él le homenajeaban en un futuro no le gustaría que hubiera implicadas asociaciones gais y, aunque dijo que no estaba “ni a favor ni en contra” del colectivo, fue su “me limito a no dar por el culo” lo que encendió a determinados sectores, mucho más sensibles con el tema a finales de los 90.
¿Su mejor crítico? El mismísimo Terenci Moix, que en un artículo en El País le respondía visiblemente ofuscado: “¡A don Camilo nunca le han dado por el culo! Es una excelente noticia que confirma el buen gusto de los gais españoles, incluidos los más gerontófilos. Ignoro cuál será el aspecto de esa parte de la anatomía del marqués-académico, pero no debe de ser muy apetecible a juzgar por el resto.”
Para leer el resto del articulo, con otros personajes históricos, pinchad aquí.
© 2014 - 2024 Development by Clara Díaz Fonticoba. All Rights Reserved.