La endoLGTBfobia: comentarios discriminatorios, insultantes y degradantes entre personas a las que vemos como parte de un mismo colectivo, el LGTB, LGTBI, LGTB+ o en definitiva, el de las personas que no somos heterosexuales.
Algunos comentarios pueden pasar por inocentes, por diferencias de estética o por gustos distintos. Pero otros definitivamente no, y creo que necesitamos nombrar, destacar estos comportamientos. Sin un nombre concreto, un comentario denigrante de un gay “activo” hacia uno “pasivo” puede pasar por una broma sin importancia; el llamar “machorra” a una compañera lesbiana puede parecer una simple cuestión de estética; y cuestionar como gay o lesbiana la existencia o la necesidad de reivindicación de las realidades bisexuales y transexuales puede ser visto como una opinión inocente o desconocedora.
Al utilizar una palabra concreta para estos y otros muchos ejemplos de comportamientos discriminatorios entre personas no heterosexuales, les damos realidad como discriminación, y sólo así podemos entenderlos para posteriormente enfrentarlos.
... puede parecer inocente, egoísta, estúpido y hasta caprichoso pensar en endoLGTBfobia, en la discriminación interna de las personas no heterosexuales, pero quiero convenceros de que no es así. No podemos ni debemos olvidar que esta endoLGTBfobia, que sepamos, no nos deja personas heridas, no nos excluye de producir o consumir bienes y servicios y no lleva a personas jóvenes o aisladas a considerar el suicidio.
Hay una clara diferencia cuantitativa y cualitativa entre estas dos formas de discriminación, pero creo que pensar la endoLGTBfobia no es un frente estéril sino que nos lleva necesariamente a comprender más y mejor la discriminación LGTBfóbica en toda su extensión.
Por seguir con los ejemplos de antes: un gay “activo” que piensa que otro “pasivo” es menos que él, no hace más que imitar perversamente lo que un hombre heterosexual homófobo utiliza como discurso contra nosotros. Cuando una mujer lesbiana critica o censura a otra por vestir, hablar y actuar como quiere, y la encasilla por eso como “machorra” o como menos mujer, no hace más que participar de la lesbofobia más generalizada. Por último, todo comportamiento que, desde nuestras filas, discrimina o cuestiona las realidades bisexuales y transexuales no hace más que reproducir las ideas estáticas, cerradas e intencionadas de sexo y género que la LGTBfobia emplea contra nosotras y nosotras en general.
Para leer el interesante artículo firmado por Ignacio Elpidio Domínguez en el blog "1 de cada 10" de la página web 20minutos.es, pinchad aquí.
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