Hay prendas que por sí solas son sinónimo de elegancia y distinción. En los hombres, el abrigo es una de ellas. Absolutamente necesaria en el armario de cualquier buen caballero que se precie. Pero, obviamente, no todos los abrigos son iguales. Estos son los cinco tipos más importantes que debes conocer.
Chesterfield. Este abrigo debe su nombre a la familia homónima de condes británicos, que fueron los que lo popularizaron en el siglo XIX. Se trata de un overcoat (por debajo de las rodillas) de una pieza, sin costuras en la cintura o remaches frontales, y tampoco sin puños ni cinturón. Los bolsillos laterales son rectos, y la solapa es corta y con muescas. En cuanto al tejido, el Chesterfield por excelencia es el de lana espiga gris con el cuello de terciopelo negro. Digno de la nobleza.
Un abrigo clásico es una inversión segura. Te puede durar años y siempre aportará un plus de elegancia a tus looks
Covert. Sus orígenes datan de la segunda mitad del 800, como una prenda de campo y de caza. Últimamente se habla mucho de él por las diversas apariciones de Luis Bárcenas con un Covert Coat, comparado hasta la saciedad con el que lucía Al Capone. Es muy similar al Chesterfield, pero cuenta con varios elementos distintivos. Es de corte estrecho y más bien corto, superando en unos pocos centímetros la longitud de una chaqueta. Cuenta con tres bolsillos exteriores con solapa, dos a la derecha y otro a la izquierda, y uno grande en el interior. Tanto sus puños como los bajos están rematados con cuatro costuras paralelas, y suele ser de color marrón o verde. Totalmente de cazador.
British Warm. Confeccionado con gruesa lana Melton, este abrigo nació en la Primera Guerra Mundial como una prenda militar. Como tal, suele llevar doble botonadura, botones con emblema y piezas de abotonado en los hombros. Su longitud suele extenderse por debajo de la rodilla y es perfecto para combatir climas fríos. Dicen que el Príncipe Carlos es fiel a este abrigo.
Trench. La prenda estrella de la marca Burberry es un clásico totalmente atemporal. Al igual que el British Warm, nació en la Primera Guerra Mundial, y se distingue por su manga raglan, más relajada, un tejido más ligero y por llevar cubrehombreras. Es de doble botonadura, suele contar con entre 6 y 10 botones, cinturón y correas en los puños. El modelo en color camel es el más típico.
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