Hace poco, se les preguntó a miles de empleados en EEUU si les gustaría ser ascendidos al rango de administrador. Uno pensaría que la mayoría hubiera dicho que sí. Después de todo, se supone que EEUU es la tierra de la oportunidad y toda la vida corporativa está fundada en el principio de que es mejor estar en un escalón más alto que en uno más bajo, según publican en la página web prodigy.msn.com
Sólo que no dijeron sí. Apenas un tercio de los empleados en el sondeo de CareerBuilder dijo que les apetecía ser administrador. Los dos tercios restantes dijeron no, gracias, prefiero el humilde trabajo que tengo.
Dentro de las cifras había algunas variantes deprimentemente predecibles. Por ejemplo, 40 por ciento de los hombres querían ser ascendidos, contra sólo 29 por ciento de las mujeres. Menos predecible,
los homosexuales y las lesbianas resultaron ser más ambiciosos que los demás, con 44 por ciento de los empleados LGBT queriendo ser líderes.
No tengo ni idea de qué comprueba esto, excepto que después de haber tenido cierto éxito derrotando la homofobia, se sienten optimistas.
¿Entonces, por qué la mayoría no quieren ser administradores? Más de la mitad explicó que les gustaba el trabajo que tenían y por lo tanto no tenían por qué cambiarlo. Esto me parece una excelente razón. Dado que la pirámide es más ancha en el fondo, es bueno que mucha gente se sienta feliz haciendo lo que hacen. Solamente es una vergüenza que estemos tan enganchados a la idea del progreso que les damos poca importancia a las vidas que se viven así.
Cerca de un tercio del grupo dijo que lo que no les gustaba eran las largas horas y la responsabilidad que acompaña ser administrador – lo cual es justo.
Una pequeña minoría no quería ofrecerse para un ascenso porque no estaban calificados. Ésta es la única mala razón que se dio – es una vergüenza y un desperdicio. Hay muchas cosas que impiden que las personas se conviertan en grandes gerentes, pero la falta de cualificaciones formales casi nunca es una de ellas.
Implícito en todo esto hay una verdad que las empresas tratan de callar. Ser administrador de nivel medio es el trabajo menos agradecido que se ha inventado. Los empleados no son idiotas – ellos ven los que hacen sus superiores y piensan: de ninguna manera.
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