Don’t complain, don’t explain! (¡No te quejes, no des explicaciones!) es la frase de Raymond Carver que hasta ahora regía la vida de Andreja Pejic. Pero la modelo ha querido explicarse, abrir su intimidad al mundo para mostrar su cambio de sexo. En Andrej(a)-The Documentary –que hasta el 10 de octubre recauda donaciones a través de Kickstarter– cuenta por qué ha decidido hacer pública su transexualidad. Ella define la película, que espera obtener 155.000 euros con el mecenazgo online, como «un proyecto de amor». La idea nació de la conversación que mantuvo con su amigo, el cineasta Eric Miclette, cuando le anunció que iba a someterse a una cirugía de reasignación de sexo. Él le dijo que había que filmar todo el proceso. Y la convenció, según un interesante artículo publicado por el diario español El País.
En la cinta, la modelo aparece en el hospital y en habitaciones de hoteles. Ríe, llora, se sincera: «De pequeña, imaginaba cómo sería ir de compras con tu madre, como una chica». Desde Nueva York, el director señala que, con esta cinta que se estrenará en otoño de 2015, pretenden «ayudar a los jóvenes que lo pasan mal, inspirarlos y animarlos a ser ellos mismos». Pero reconoce que «es extremadamente difícil grabar a una amiga que está atravesando un trauma».
A muchos les sorprende que un modelo en la cima de su carrera gracias a la ambigüedad –en 2011 fue la novia del desfile de alta costura de Gaultier– haya decidido dar este paso de consecuencias aún desconocidas para su carrera. «Hay que plantear una pregunta a la industria de la moda: ¿será más abierta de miras gracias al documental?», se cuestiona Miclette. Porque la androginia que encumbró a Andrej siempre escondió un secreto: su deseo de cambiar.
Aceptación no le ha faltado a Andreja. La primera en saber que su hijo se sentía una niña fue su madre, Jadranka Savic. Una situación nada fácil para una familia monoparental que vivía en un campo de refugiados serbio. Luego emigraron a Australia, y en Melbourne fue donde el autodefinido «geek adolescente» buceó en Internet y descubrió que el cambio de sexo era posible. Desde entonces, tuvo la reasignación como meta. Comenzó a trabajar en un McDonald’s; quería ahorrar para operarse. Entre hamburguesas y patatas, a los 17 años, llegó un cazatalentos. Del burger a las pasarelas de París.
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