...el jueves pasado, después de cinco años de desafiar al sistema, finalmente la Corte Constitucional le permitió a Verónica Botero adoptar a la hija biológica de su esposa, Ana Elisa Leiderman.
Al mismo tiempo salía en todos los medios, como la gran cosa, que la ministra Cecilia Alvarez-Correa es lesbiana y su pareja es Gina Parody. ¿A quién le importa? Es un asunto privado. Estuvo muy bien la respuesta de Cecilia al periodista, cuando le dijo que si se atrevería a hacerle esa pregunta a una pareja masculina. No hubo respuesta, según el intersante artículo publicado por la página web dinero.com
Nadie “escoge” ser homosexual. Mi hijo me confesó que era trans a los 20 o 21 años, después de que su papá murió. Yo le manifesté que no había problema, siempre y cuando estuviera fuera del clóset. Él ya estaba por fuera. Desde los siete años sabía cuál era su orientación sexual, una niña en cuerpo de niño, aunque la ocultó por mucho tiempo. Cuando los amigos del colegio lo supieron, le retiraron el saludo, algo que le dolió muchísimo.
Pero el tema no se limita a los derechos de la comunidad LGBTI. Veamos por ejemplo a los negros. Es físicamente imposible encontrar un negro en el mundo empresarial colombiano, a menos que sea un extranjero que generalmente habla francés. Las bodas en Cartagena son de blancos, aunque habrá algún cónyuge negro, pero es alto, extranjero y habla francés.
Chocó no tiene universidad. Si los chocoanos quieren estudiar deben viajar y es costoso. Hay un solo General negro en la Policía, el General Moore, y al único Mayor negro, que aspira a ser Teniente Coronel, se le cierran las puertas, como bien lo describe el portal Las2orillas.co.
Los judíos también la hemos tenido difícil. El Canciller de Eduardo Santos, el ilustre Luis López de Mesa, era claramente antisemita. Dio instrucciones a los cónsules colombianos en Europa de no dar visas a los judíos, que buscaban desesperadamente salir de Europa.
Y siguiendo en la misma tónica, no hay negros o mestizos en los clubes en Bogotá. En las páginas sociales de periódicos y revistas se aprecia que los negros y los mestizos en Colombia no existen. Solo falta que en la aplicación a un club le hagan a uno definir si es hetero, bi, homo, lesbiana o trans, y quien decide quién entra sea el Procurador.
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