Las parejas homosexuales están dispuestas a hacerse cargo de niños más grandes y con alguna patología; según especialistas, entienden mejor el concepto de la adopción: significa darle a un chico una familia que no tiene, según un interesante artículo publicado por el diario
Foto: Facebook Familias por igual
Sería temerario generalizar la conclusión a otros órdenes de la vida, pero en esto los números son claros: al menos en la Argentina, los gais y lesbianas son más amplios a la hora de adoptar niños y están dispuestos a hacerse cargo de chicos más grandes y a afrontar dificultades que otros aspirantes (los heterosexuales, claro) rechazan de plano. Los estudiosos del tema apuntan a las diferentes expectativas sociales que pesan sobre las personas de distintas orientaciones sexuales y advierten que aún existe discriminación hacia las parejas del mismo sexo que quieren adoptar.
Según los datos que maneja el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, los homosexuales son once veces más propensos a aceptar la guarda de chicos de entre seis y diez años que el promedio general, determinado fundamentalmente por los aspirantes heterosexuales. La diferencia es aun mayor si se trata de chicos de esa misma edad con patologías, que pueden ser leves o graves:un 8,45% de los aspirantes homosexuales afirman que les pueden dar cabida, en tanto que en el promedio general la proporción es casi inexistente (alrededor de uno de cada 525 inscriptos).
La abrumadora mayoría de los aspirantes a adoptar especifican, al inscribirse en el registro, que quieren hacerse cargo de un bebe de hasta un año de edad; pero esto es problemático porque casi todos los niños que esperan ser adoptados son mayores. "En la Argentina, el proceso de adopción es largo, entra otras cosas porque se tarda mucho en decidir la separación del chico de su familia biológica. Por eso los chicos usualmente quedan en estado de adoptabilidad cuando ya son más grandes. Es decir, entran al sistema por la parte superior, mientras que casi todos los aspirantes quieren adoptar a chicos ubicados en la franja inferior", explica Gustavo Herrero, director del Registro, que coordina los datos de los aspirantes de casi todo el país (sólo cinco provincias aún no se adhirieron).
Sin embargo, todos los porcentajes se modifican si se considera a los aspirantes que se presentan como homosexuales, ya sea varones o mujeres. De ellos, más de la mitad se declaran dispuestos a adoptar a niños de entre seis y diez años (el nivel general es de cerca de un cuarto), y más de un tercio se harían cargo de un bebe menor de un año con alguna patología (el doble que el promedio general). "Las parejas del mismo sexo tienen una disponibilidad adoptiva más amplia", dice Herrero.
¿POR QUÉ SE DA ESTA DIFERENCIA?
La abogada Cecilia Lopes, que coordina el Programa de Diversidad Familiar en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), cree que se debe a que las parejas homosexuales y las heterosexuales "parten de imaginarios distintos" al plantearse el tema. "En nuestra sociedad, la maternidad está muy arraigada como sinónimo de completitud. Muchas veces el hijo que no pueden tener por algún problema reproductivo es sustituido por la posibilidad del hijo adoptado", explica la especialista. "En cambio, las parejas homosexuales pueden ver de manera más sencilla cuál es su verdadera función, ya que la adopción consiste primariamente, no en obtener un hijo para la pareja, sino en darle una familia a un chico que no la tiene."
Pedro Paradiso, titular del área jurídica de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), coincide: "Tiene que ver con los modelos y mandatos sociales. En nuestra sociedad toda mujer heterosexual quiere ser madre y el hijo tiene que ser suyo, de la misma sangre. Si no puede, busca reemplazarlo con un chico 'equivalente'. Para una pareja homosexual el modelo es distinto. No es que los gays somos mejores papás o las lesbianas son mejores mamás, sino que no tenemos esa presión social", explica.
Además, "las parejas homosexuales suelen estar más informadas sobre el proceso de adopción, y saben más del tema al momento de llegar al registro para inscribirse", explica Herrero. Pero también advierte: "Que sean más inclusivos no significa que debamos utilizarlos como familias 'residuales'. No tienen que transformarse en la forma de resolver los casos que no acepta el resto. El desafío es que todos estén informados y puedan rever su perfil adoptivo. Por eso organizamos charlas informativas."
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