Andalucía, pionera en la despatologización de la transexualidad. Desde ATA Andalucía señalan que la nueva norma aún no ha supuesto cambios en la atención sanitaria de las personas trans, según informan en la página web diagonalperiodico.net
Hace algunos años, la comunidad andaluza se convertía en pionera entre las administraciones regionales por asegurar las intervenciones para la reasignación de sexo a través de los Servicios Públicos de Salud (SAS). Tras cinco años de lucha de los distintos colectivos de transexuales de Andalucía, en colaboración con los grupos LGTB vinculados con el PSOE e IU, el pasado 19 de julio entró en vigor la Ley para la no Discriminación de las Personas Transexuales, aprobada el 25 de junio en el Parlamento andaluz.
Esta ley supone uno de los mayores avances legislativos a nivel europeo y mundial en referencia a los derechos de las personas transexuales por dos pilares principales: por la apuesta clara por la despatologización de la transexualidad, que ya no será considerada como trastorno, sino como una expresión más de la diversidad humana, y por indagar en la libre autodeterminación del género, en coherencia con la despatologización.
Hasta este momento, la Unidad de Transformación de Identidad de Género (UTIG) del Hospital Carlos Haya de Málaga era la responsable de dar una respuesta sanitaria a todos los procesos que tenían que ver con el colectivo trans. Todas las personas transexuales tenían que pasar por esta unidad para recibir las prestaciones sanitarias necesarias.
Como explica Mar Cambrollé, de ATA Andalucía, esta situación generaba una desigualdad importante: “Se trata del triunfo del discurso biomédico, que se antepone a nuestra autonomía como personas, como ciudadanos”. Al generarse una unidad específica para las personas transexuales, el tratamiento al que toda la ciudadanía tiene acceso sin ninguna particularidad, “para nosotras está determinado por pasar por una serie de test patologizantes”. Por exponer algunos ejemplos, la presidenta explica a DIAGONAL cómo, para determinadas cuestiones endocrinológicas o para la realización de una mastectomía para hombres trans, las personas transexuales tienen que trasladarse desde cualquier punto de Andalucía hasta la UTIG, mientras que no es así en un caso de cáncer de mama o de ginecomastia en el caso de los hombres, así como para la administración de algunas hormonas en la época de la menopausia, que son administradas y diagnosticadas a partir de los servicios sanitarios más cercanos.
La cuestión que parece ahora más controvertida es la aplicación efectiva de dicha ley, como asumen desde ATA, “y que no se convierta en una propaganda más para los partidos del Gobierno”. Esta aplicación pasa por llevar a cabo reglamentos, procedimientos y protocolos propios en los distintos servicios que se prestan desde la Junta de Andalucía.
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