Todo los años la misma diatriba sobre el Orgullo. Si debe de ser algo "reivindicativo", o si la reivindicación debe dejar lugar a la "fiesta" ya que las reivindicaciones (en el caso de España) ya no son necesarias.
En nosgustas.com ya opinamos ayer mismo sobre esto. Pero mientras en Madrid llevan meses discutiendo sobre el recorrido del Orgullo, hace unos días en Barcelona, los colectivos de defensa de los derechos LGTBI criticaban el supuesto "mercantilismo" del Orgullo barcelonés.
En la página web directa.cat explican estas dos versiones de lo que debería ser el Orgullo. Estaréis o no de acuerdo, pero las "opiniones" diferentes siempre engradecen.
El 28 de junio, día de la liberación sexual, los colectivos LGTBI salen a la calle para reivindicar sus derechos y conmemorar las revueltas de Stonewall. El mismo día, el empresariado rosa propone un modelo de 28-J que, para él, es una fiesta y un empuje por sus negocios, pero que, para muchos colectivos y asociaciones, supone frivolizar la lucha LGTBI y reproducir la 'marca Barcelona' que excluye las precarias.
... el modelo de negocio LGTB se ha hecho muy presente en una ciudad: Barcelona. La marca Barcelona, potenciada fundamentalmente por el Ayuntamiento, las élites y las empresas de la ciudad, tiene su vertiente rosa: Barcelona se ha vendido como un destino turístico gay friendly, enfocado principalmente a un público gay masculino, joven y con un poder adquisitivo elevado. El evento estrella de este modelo es el Pride de Barcelona, un festival impulsado por la Asociación Catalana de Empresas para Gays y Lesbianas (ACEGAL) y 30 entidades más que, este año, se celebra del 26 al 29 de junio . El año pasado, el evento supuso un negocio de dieciocho millones de euros por los hoteles, las saunas, las discotecas y otros negocios enfocados al público homosexual, sólo contabilizando el turismo extranjero. Por segundo año consecutivo, el Pride convoca su acto principal -el Pride Parade, un desfile de carrozas de empresas y colectivos- el día 28, a la misma hora que la manifestación de la Comisión Unitaria 28 de junio, que se convoca en la plaza Universitat. Ni el manifiesto del Pride ni los actos que convoca hacen ninguna referencia al aniversario de la lucha de Stonewall. Los actos principales son: una carrera con tacones, una muestra de comercio, la fiesta de la espuma y el desfile del 28-J, además del Tibidabo Day Party, un día en el parque de atracciones a doce euros la entrada para persona.
La crítica al Pride como máximo exponente del negocio rosa se ​​hace patente desde el mundo asociativo: detrás de la fiesta y el negocio, ¿qué reivindicación queda? "El Pride ha optado por un modelo comercial determinado, pero, ¿qué ganamos las entidades, con esto?", Se pregunta Quim Roqueta, presidente de la asociación Gais Positivos. "Estaría bien que se pusiera el mismo entusiasmo en la defensa de los derechos de la comunidad LGTB que a la hora de vender una Barcelona escaparate de gente guapa, rica y poderosa", añade. Jordi Nonna, miembro de la Asamblea Triángulo Rosa, va más allá y defiende que el modelo de negocio rosa "va en contra de la liberación sexual del colectivo LGTB porque reproduce el sistema capitalista y utiliza los hombres gais -ni siquiera se piensa en lesbianas y trans- como objetos de consumo ".
Otros militantes LGTB han manifestado su rechazo más amplio y contundente al negocio rosa. Sergi Martín, del Brot Bord, cree que "el empresariado ha visto una oportunidad de oro de enriquecerse a costa de la carencia de espacios de socialización para la comunidad". Teo Pardo, militante transfeminista, critica que "el acceso a muchos locales del capitalismo rosa excluye gente precaria y que no se adapta a los cánones de normalidad y belleza que este modelo propone e intenta reproducir, que van desde la forma de vestir a la identificación de género ".
Tras la organización del Pride, encontramos la ACEGAL, una patronal que agrupa cerca de 100 empresas enfocadas al público gay, entre 50 y 60 del Gayxample y la mayoría en Barcelona. Joan Igual, su presidente, defiende un acto que, según él, "ha servido para modernizar y dar empuje a los negocios LGTB, que estaban estancados por la crisis. Es cierto que, con el Pride, nosotros hacemos fiesta, como la manifestación de la Comisión Unitaria. Quizás nosotros hacemos mejor la fiesta y rellenamos grandes avenidas? Quizás sí ", añade Igual. "La lástima es que no podamos ir juntos. Lo hemos intentado, pero nos supone un desgaste y preferimos construir ", concluye.
Eugeni Rodríguez, portavoz del Frente de Liberación Gay de Cataluña (FAGC), opina que el Pride es un acto de "frivolización de las luchas de liberación homosexual" que, además, "surge desde una perspectiva mercantilista y no desde de la comunidad LGTB ", pero dice que hay que mirar más allá. "El 28-J, hace unos años, era la única fecha para tener visibilidad, pero se debe cambiar el paradigma de ver quién gana ese día y hacer un balance del trabajo realizado durante todo el año. Salimos a la calle el 17 de mayo para condenar la homofobia en Uganda y Rusia; también para el caso de Juan Andrés Benítez; hemos impulsado una ley contra la homofobia en el Parlamento, etc. El 28 de junio no es patrimonio de nadie, pero no hay ninguna obligación de llegar a un acuerdo para realizar un acto conjunto con el Pride: defendemos dos modelos diferentes, que van de la mano de diferentes modelos de ciudad y de sociedad ", puntualiza Rodríguez.
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Foto principal por La Vanguardia.
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