Nos acabamos de cruzar con un artículo publicado en una página web en la cual critican el "silencio mediático" hacia la gente que lucha por los derechos de las familias tradicionales y que se oponen al matrimonio homosexual.
Nosotros no estamos de acuerdo en absoluto con esta opinión, y por este motivo os lo extractamos para que conozcáis de primera mano lo que "opinan".
No es algo nuevo leer en los medios de comunicación noticias sobre los problemas que puede acarrear manifestar abiertamente críticas hacia el movimiento de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT). En esta ocasión se trata una información publicada por Breitbart.com, y tiene que ver con la censura de silencio informativo a que ha sido sometido el libro Making Gay Okay, de Robert Reilly.
Reilly es uno de los hombres más respetados en Washington DC. Sin embargo, según esa información, su nuevo libro no puede conseguir audiencia en los medios. "Hay un bloque mediático, un muro de piedra, incluso entre la prensa conservadora", ante Making Gay Okay, varias semanas después de la publicación del editor católico Ignatius Press.
¿Cuál ha sido la respuesta de los medios ante el libro de Reilly? Nada en el National Review, ni siquiera en el National Review Online. Nada en Weekly Estándar, a pesar de que Reilly se acercó personalmente a ver a su viejo amigo Bill Kristol. Nada en The American Spectator, que ya ha rechazado un artículo sobre el libro de uno de sus colaboradores desde hace tiempo. The Wall Street Journal ni siquiera lo ha contemplado en su editorial. "Dijeron simplemente y con firmeza, 'no'", subraya la información.
La cuestión de fondo es que "el libro tiene una mirada muy crítica de cómo el movimiento LGBT se ha ido introduciendo tan rápidamente a través de todas las principales instituciones de Estados Unidos, incluyendo la militar, psicológica, los tribunales, la educación e incluso los Boy Scouts", añade.
De hecho, nadie podía pensar hace veinte años que el movimiento hiciera tantos notables avances. "Reilly da una mirada profunda a la forma en que sucedió", y empieza con "una premisa filosófica: Jean-Jacques Rousseau, quien enseñó que la realidad podía ser cambiada, y que cualquier institución relevante para esos cambios necesitaba ser derrocada, incluyendo la familia".
En ese sentido, "para que los gays estén bien, la realidad tenía que cambiar, y Rousseau sentó las bases para ello", señala.
Además, "el edificio de justificación no se construye solo por el pecador, sino por una sociedad dispuesta a su alrededor. Reilly no se anda con rodeos. El pecado que tiene en mente es la sodomía", informa Breitbart.com.
Hay que considerar que "incluso esa palabra es profundamente ofensiva para las personas LGBT. No se refiere solo al matrimonio entre personas del mismo sexo, sino al ‘matrimonio sodomítico’". El autor muestra cómo "la sodomía fue algunas veces castigada" a través de la historia, incluyendo Estados Unidos.
En el inicio del debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, sin embargo, los argumentos cambiaron. "Ya no se podía criticar más el tema de la homosexualidad. El único argumento esgrimido fue que los niños necesitan una madre y un padre, algo que parejas del mismo sexo no pueden proporcionar".
Este argumento fue respaldado por voluminosos datos científico-sociales, que han sido casi abrumadoramente rechazados por el electorado estadounidense y ciertamente por los tribunales que, Estado por Estado, está imponiendo el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La cuestión es que, ante una voz importante en Washington DC, su duro pero muy interesante libro sobre la victoria del movimiento LGBT no puede encontrar una audiencia incluso entre en los principales sectores conservadores.
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