Descubrís una mañana, estas cosas suceden así, que vuestra cara ha cambiado. Unas estupendas y novedosas “ojeras” os recuerdan que llevais un par de días donde la palabra “dormir” y vuestro ritmo de vida son algo incompatibles.
O esa misma mañana, al ver reflejada vuestra mirada en el espejo, os dais cuenta que necesitais relajaros, que el trabajo, la familia, el novio de turno o el dinero, no tienen que convertiros en prematuros ancianos.
O simplemente, los años van avanzando, y esa mañana descubrís unas leves “ojeras”, que la primera vez que os fijais en ellas, os parecerá que toda vuestra cara ha cambiado.
Las ojeras son zonas oscuras en la piel situada por debajo del globo ocular. La causa principal es una mala microcirculación en la zona periorbital.
Aunque puede haber otros orígenes de las ojeras: exceso de pigmentación, cansancio, mal dormir, estrés físico y emocional. Las que habeis descubierto esa fatídica mañana, suelen ser debidas al cansancio, o al estrés.
La tonalidad de la ojera puede también variar dependiendo de la piel; pueden ser marronáceas (pieles oscuras expuestas en exceso al sol...) o verdosas (pieles mates) o violáceas (pieles blancas).
Pero hay otros factores que contribuyen al aspecto de esta zona:
-Como ya he comentado, el cansancio, el estrés y la falta de sueño son las ojeras cuyos efectos se reflejan muy rápidamente en esta zona.
-Los radicales libres generados por la radiación ultravioleta A, que acelera el envejecimiento natural de las estructuras de la piel, y las agresiones del medio ambiente.
-Ciertas condiciones climáticas particulares, como el viento o el frío excesivos, pueden favorecer la sequedad y la fragilidad de esta zona.
¿Podemos evitar las ojeras? Sí, y no. Productos, hay muchos. Buenos productos, menos. Operaciones también existen, pero los resultados no son siempre los deseados, ni por supuesto son perpetuos.
Paciencia y tesón ayudan a mitigar nuestras ojeras. Por supuesto, el buen descanso, la buena alimentación y todos esos etcéteras que son tan importantes.
Pero, ¿que me pongo para las ojeras?. Muchos hombres se sofocan al verse con lo que consideran dos “manchas” en su cara, y el comentario tipo “no he cumplido los cuarenta y ya tengo ojeras”, cada vez es más habitual. En ese aspecto, las mujeres nos hemos adelantado. Es completamente habitual que las ojeras femeninas estén siempre “bien maquilladas” para disimularlas. Los hombres, mayoritariamente no practicais este “disimulo” diariamente. Y es lo que yo digo siempre,¿por qué? ¿por qué no disimuláis las imperfecciones de vuestro rostro como hacemos mayoritariamente las mujeres?
Este es un aspecto en el cual se debería avanzar. Y no estoy diciendo que haya que disimular las imperfecciones, que la mayoría de los casos lo que ofrecen es esa “belleza natural” que a hombre y a mujeres tanto nos gusta finalmente. Pero siempre defenderé que si un “ser humano” se mira al espejo, y ve algo que no le agrada, y con un simple maquillaje en dos minutos se siente más atractivo ¿por qué no hacerlo?
Como producto estupendo, os recomiendo los antiojeras basados en el oro. Este metal se emplea tradicionalmente en la medicina china, y ellos, los chinos, le atribuyen unas propiedades terapéuticas para reforzar la longevidad y el resplandor de la piel. Cierto es que ilumina el contorno de los ojos aportando una luz especial a la mirada.
Y ciertas son también sus propiedades. Activa y estimula la actividad y renovación celular. Favorece la cicatrización. Aumenta el poder de las defensas de la piel. Es antirradicales , antitóxico y anti-infeccioso.
Problema de este producto, el precio. Los buenos productos que incluyen oro no son baratos exactamente, pero después de probarlos, repetiréis.
Y otra cosa, los síntomas de envejecimiento se pueden o no ocultar. Pero los galanes tradicionales, ya no esconden estos síntomas. La belleza natural, como decía antes, cada día está más en voga frente a los botox, cirujías plásticas, estiramientos y demás.
Aunque cuidarse el rostro, y el resto del cuerpo, tampoco es contraprudecente.
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