El nombre de "Limerencia" (que yo personalmente no lo había oido en mi vida), existe desde los años setenta, acuñado por una psicóloga americana (perdón, estadounidense) que se llamaba Dorothy (como una de las fantásticas "las chicas de oro"). Según este librito que se está poniendo de moda de repente, casi cuarenta años después, la Limerencia es “un estado involuntario interpersonal que implica un deseo agudo de reciprocidad emocional; pensamientos, sentimientos y comportamientos obsesivos-compulsivos, y dependencia emocional de otra persona”. Osea, eso que sentís much@s cuando el chulazo de internet os dice "hola guapo", o cuando la fantástica tia que vigiláis desde hace meses en la barra de vuestro bar preferido os sonríe.
En el libro también habla de lo que el "amor" tiene que ver con el cerebro, pero como eso queda muy serio y se pierde todo lo de "tierno" de este aspecto, ni os lo cuento, ya que habla de oxitocinas, vasopresinas, testosteronas, estrógenos y demás. Y a mi me gusta el amor, ese que sientes cuando alguien te mira y se te erizan los pelos hasta de los sobacos "depilaos".
Pero, ¿cuales son los síntomas para saber si estás enferm@? Pues parece ser que cuando piensas constántemente en la persona "amada", pero constantemente significa exactamente eso, "todo el tiempo". Pues esto ya es un punto sobre diez.
El segundo puntito es cuando idealizas al otro o a la otra. Cosa natural entre tod@s nosotr@s. Pero lógicamente, cualquiera tiene algún defecto. Nadie es perfecto al cien por cien. Resumiendo, si tu supuesta media naranja es perfecta-maravillosa-divina-excepcional, y no hay absolutamente nada negativo, pero nada de nada, ya tienes adjudicado tu segundo puntito para padecer "limerencia".
Si te vuelves tont@ delante de esa persona, eres el tipo de gente propensa a estar un poquito enfermita. Si además, este "amor de tu vida" te rechaza y piensas en el suicidio, ya entramos en la categoria de "probablemente enferm@s" (y de paso tontarras). Eso sí, si te da un ataque de alegría histérica porque el otro o la otra muestran interés por tí, cuidadin, ya llevas cinco puntos sobre diez. Osea, ya padeces "la enfermedad del amor". Al 50% de momento, pero piensaló, llevas cinco de cinco.
Masturbarse pensando en tu amor, al margen de temas religiosos, no es pecado. Pero si constantemente piensas en "encuentros amorosos" (y no hablo de tomar un café), y vives en un estado de excitación continua (y no me refiero tampoco a estar "alerta", sino a estar "caliente"), pues adjuticaté el sexto punto. Si además te acuerdas siempre de él o de ella, en cualquier momento del dia, ya eres de "notable". Osea siete puntitos.
Según esta psicóloga, si vas cambiando tu agenda constantemente para "forzar" encuentros con la otra persona, y además recuerdas continuamente los encuentros que ya has tenido con esta, tienes nueve puntazos como nueve soles.
Si finalmente piensas en "tu amor", sin venir a cuento y sin darte cuenta (cuenta, cuento, .....) ale, tienes un sobresaliente en esta enfermedad que hoy te cuento.
Much@s de vosotr@s pensaréis que la mayoría de esta sintomatología es simplemente estar enamorad@, pero los psicólogos dicen que la diferencia entre el enamoramiento y la limerencia es dificil de explicar. Pero es fácil realmente. Si al final tu relación es algo que te da "ganas de vivir, alegrías y tranquilidad", eso es Amor; si tu relación se convierte en "celos, mala leches, enfados continuos", de amor nada de nada, padeces limerencia, y además, considero que eres tont@, porque el Amor está para disfrutarlo, no para padecerlo.
Así que si te atreves, que probablemente no (siempre tenemos excusas para seguir con la gente que sabemos no nos hace bien), vete al psicólogo, y que te trate, que al final no es tan doloroso, y podrás empezar a ser "moderamente feliz". Porque aquí, nos gusta la gente feliz.
No pongo en duda que esto exista, pero que lo comparen con el TOC me parece ofensivo para la gente que sufre de TOC (entre las cuales me incluyo) puesto que el TOC son básicamente pensamientos MUY negativos, con cosas negativas como la muerte de seres queridos, suicidio, miedo a hacerle daño a alguien, hipocondrías, etc. Así que, por mucha obsesión que provoque el amor, compararlo con los pensamientos intrusivos y negativos que invalidan a una persona, me parece de mal gusto.
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