Hoy, la provincia de Huesca acoge por cuarto año el Orgullo Rural y una vez más recorrerá los pueblos de nuestra provincia.
Un año más nos hemos unido en la organización de este Orgullo rural de Huesca una provincia donde toda su ciudadanía pueda vivir de acuerdo a su realidad y singularidad, fuera del yugo de todas las normatividades que nos oprimen, examinan y cuestionan, día a día, creando y sustentando sistemas de clases opresores e inhumanos.
Este año bajo el lema “Por el respeto a la diversidad sexual” hacemos especial hincapié en el «sexilio»: Un término poco conocido que define el destierro forzado; la necesidad de abandonar el hogar a causa del rechazo -o el miedo al mismo-, hacia la orientación afectivo sexual y/o la identidad de género, hecho muy común años atrás, pero que por desgracia a día de hoy sigue siendo una triste realidad para muchas de nosotras cuya importancia no es percibida por el resto de la sociedad.
Somos una provincia principalmente rural, e incluso nuestra capital posee una singularidad respecto a las de otras comunidades, pero muchas de las que permanecemos aquí estamos orgullosas y, hasta donde nuestra voluntad nos lo permita, no aceptaremos que ninguna más se vea obligada a marchar; queremos una provincia respetuosa e inclusiva, en la que emigrar no sea un requisito para ser libres y auténticas, y sea un vestigio del pasado y no una sombra en nuestro presente.
Reclamamos una provincia en que la identidad de género se conciba de acuerdo a lo que es: Una faceta esencial de la personalidad, libre y digna del mayor respeto; en definitiva, reivindicamos el derecho a ser de cada persona: Que no exista ningún tipo de discriminación, que las personas trans o las personas intersexuales no se sientan clasificadas o rechazadas por parte de la sociedad cisgénero y cisexual; demandamos el fin de una sociedad patriarcal que oprime, juzga, dictamina y sentencia a favor de los opresores sobre la mujer y que oprime e invisibiliza a las realidades no binarias porque pese a quien le pese, existen, están presentes y nunca más dejarán de estarlo.
Clamamos por una comunidad donde las personas lesbianas, gais, bisexuales, pansexuales, polisexuales o asexuales podamos disfrutar de nuestra sexualidad de forma plena; donde nadie sienta la necesidad de esconderse, de disfrazar su alma, ni tenga que marcharse a otras regiones más pobladas o en las que los vientos de la modernidad sean más evidentes y amables.
En resumidas cuentas, queremos construir una región diversa, abierta e inclusiva; un entorno que sea un ejemplo para el resto de la sociedad. Una sociedad donde las personas puedan vivir, ser y desarrollarse de forma auténtica.
Como decíamos al principio, hay muchas normatividades porque la discriminación también es plural, múltiple y por ello nuestra lucha debe ser interseccional, pues no existe la plena libertad si el resto de personas no viven sin discriminación. A día de hoy seguimos viviendo en una sociedad racista donde el color de nuestra piel nos limita o nos otorga privilegios, estamentos raciales que por mucho que se maquillen siguen presentes. Una sociedad xenófoba, intolerante hacia las que somos migrantes, que cuestiona la vida de aquellas personas abandonadas a su suerte en una barca en el mar: sí, también es patente la discriminación hacia las refugiadas. Una sociedad que menosprecia a las personas con diversidad funcional, que estigmatiza a las personas que conviven con el VIH; una colectividad que cosifica y reduce a las personas a un cánon de belleza preestablecido e invisibiliza a las personas con cuerpos no normativos.
Lo más probable es que casi ninguna de las personas, ni leyendo este manifiesto, ni escuchándolo, sufran cada una de estas discriminaciones juntas, pero no podemos olvidar que cada una de ellas son una realidad que castiga y lacera a gran parte de la sociedad. Unas sufrimos más discriminaciones que otras. Así, las más privilegiadas de nosotras tenemos la obligación moral de rechazar dichos privilegios y debemos asumir los errores de discriminación que generamos nosotras mismas, colaborando con la perpetuación de un sistema opresor que es, en última instancia, común a todas nosotras. La deconstrucción de las actitudes discriminatorias es un proceso que dura toda una vida y debemos mantenerlo siempre presente para no bajar la guardia.
Hoy nos dirigimos a todas aquellas personas discriminadas, oprimidas y enjauladas; haciendo especial mención a las personas que viven en entornos rurales y no pueden o no quieren salir del armario, y a aquellas que sufren múltiples discriminaciones, ya que para sufrir la opresión las variables son infinitas pero para ser el opresor la realidad es única: Queremos decirles que tienen una provincia entre sus iguales, que estamos y estaremos aquí siempre que nos necesiten. Queremos transmitirles que nunca es tarde para vivir en libertad, que no sientan vergüenza pues el valor para vivir como una persona libre, visible y orgullosa termina otorgando sus frutos, y estos son muy dulces.
Queremos que estas palabras las oigan sobre todo nuestras personas mayores, para darles las gracias por el camino abierto ante nosotras; pero también para las más jóvenes; tanto aquellas que sienten que están solas como aquellas que quieren comerse el mundo: Os instamos a empoderaros, a hacer comunidad, a ser motor de cambio social y aire fresco que aporte nuevas perspectivas de progreso; y de la misma manera a aprender de las generaciones anteriores porque su voz es también experiencia, historia, heridas, lágrimas y horas de soledad.
No acaban aquí nuestras reivindicaciones: exigimos un año más a los gobiernos municipales que ignoran la lucha contra la LGTBfobia , que se sumen a la lucha, ya que ésta es una asignatura que tienen aún pendiente, y aquellas que no lo hacen, recordarles que ésta no es sólo una campaña de días señalados en el año, sino una lucha que debe ser patente en el día a día. Instamos a la clase política de Huesca a apartar a un lado sus posicionamientos estratégicos políticos y les rogamos que trabajen al unísono en favor de nuestro colectivo, con la puesta en marcha de medidas efectivas contra toda clase de discriminaciones, como la creación de concejalia de igualdad, que penalice casos de mobbing laboral contra personas transexuales, seropositivas o no heteronormativas, sin olvidar la implementación de protocolos que frenen el bullying homofóbico y transfóbico en las escuelas de Huesca. Sin embargo estas exigencias a nivel local y provincial no deben quedarse únicamente en Huesca. Exigimos al nuevo Gobierno de España, y a todos los grupos parlamentarios, que apoyen y legislen contra los delitos de odio de toda índole, porque no es ético sostener diferencias de derechos según en la comunidad en que vivamos, y en ningún caso la igualdad debe depender de las capacidades económicas que posea una comunidad, pues esto sería en sí mismo un acto de desigualdad y discriminación. Pedimos a nuestros políticos que no den un paso atrás a la homofobia de la extrema derecha.
¡¡¡VIVA EL ORGULLO DE LESBIANAS, GAIS, TRANSEXUALES, BISEXUALES E INTERSEXUALES Y DEMÁS REALIDADES NO HETEROCISNORMATIVAS DEL MUNDO RURAL DE HUESCA !!!
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