Quizá cada vez exista menos gente que opine que el arte es arte y no hay que mezclarlo con la política. Quizá cada vez seamos menos los que consideramos que la música debería de separarse de la política. Incluso quizá, sea el único que creo que Eurovisión no debe juntarse con un café con leche.
Lo que está claro que la política lo rodea todo. Y por algún motivo extraño, solamente determinada política, la mal llamada "política progresista". Y digo mal llamada porque no suena muy progresista atacar al único país de la zona que celebra el Orgullo en varias ciudades, al único país de la región en el cual los derechos LGTB están protegidos... no suena muy progresista defender a un país en el cual la gente homosexual y transexual "no existe", según las autoridades.
Ya sabéis que hablo de Israel y Palestina. Y aunque parezca que defiendo a Israel, no lo estoy haciendo. Ni siquiera estoy atacando a Palestina. Hablo de derechos LGTBI. En Israel se protegen y en Palestina no. Atacar el Orgullo de Israel, y la participación de Israel en Eurovisión, mezclando política que cafés con leche es cansino.
Cuando Eurovisión se celebró en Moscú, no recuerdo a más de sesenta asociaciones LGTB boicotear el Festival por la política anti LGTB del gobierno de Putin. ¿Por qué ahora sí?.
Cuando volvió Italia a Eurovisión, no escuché a asociaciones LGTB posicionándose en contra al ser el único pais de la Europa occidental que no había 'reglado' los derechos LGTBI.
¿Nos estamos pasando?
Yo veré el Festival de Eurovisión de este año, y si pudiera, aterrizaría en Tel-Aviv para disfrutar en directo de la ciudad considerada hace un par de años "la mejor ciudad para el turista gay", según los sondeos llevados a cabo anualmente.
¡Viva Eurovisión!
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